Cómo la situación económica hoy se parece a la crisis de los 30

Una característica que une a muchas de las crisis de la economía mundial es que han ocurrido a la par de un alza en los precios. Sin embargo, han existido otras crisis, como la Gran Depresión y la crisis japonesa de los años noventa, en donde lo que ha ocurrido no es un incremento en la inflación sino lo contrario, una contracción sostenida del nivel de precios. El problema es que en ese escenario, las políticas económicas tradicionales no son del todo efectivas. Y esto parece que es lo que está ocurriendo en la actualidad en la economía mundial.

Después de 2009, año en que los efectos de la más reciente crisis económica fueron más graves, la inflación de las principales economías mantuvo una tendencia a la alza, alcanzando un pico en 2011, cuando se alcanzaron niveles parecidos a los de 2009. En los años más recientes, sin embargo, las economías más grandes del mundo han presentado tasas de inflación muy bajas. Esto es particularmente grave en el caso de Japón y de la zona euro.

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial

El caso de Europa es particularmente alarmante, pues se encuentra muy cerca de entrar en deflación. Si bien el alza en los precios de la eurozona que ocurrió a mediados de 2014 atenuó los temores de entrar en una deflación, el riesgo de que esto ocurra aún no se disipa. Ejemplo de ello es que el Banco Central europeo recortó su previsión de inflación de 0.3% a 0.1 por ciento. Como se ve en el gráfico, la tasa de inflación de la eurozona en 2014 ya era menor a la tasa de inflación registrada en la eurozona en 2009.

Si bien en Estados Unidos el riesgo de una deflación no se encuentra presente, si resulta motivo de atención el que la dinámica de los precios no se haya acelerado aun cuando han tenido lugar mejoras sustanciales de la situación de los empleos.

En China esto también es motivo de preocupación. Desde noviembre del año pasado el Banco Popular de China ha reducido las tasas de interés y ha declarado, tanto en boletines, como a través de su gobernador Zhoy Xiaochuan, que se mantiene cauto sobre la desaceleración, caída de precios de materias primas y de la inflación nacional y global. La desaceleración de la economía China, que en 2014 registró la tasa de crecimiento más baja en los últimos 24 años, podría afectar negativamente, según el Bank of America, el PIB de Estados Unidos en 0.7% y el de la Zona Euro en 0.4 por ciento.

Esto parece dar fuerza a ideas sobre la semejanza entre la situación actual de la economía mundial con lo que se veía en los años treinta. En La crise de 1929 et l’émerge américane, Isaac Joshua, propone 3 fases para entender lo ocurrido durante la Gran Depresión. La primera, que se podría llamar la fase estadounidense (agosto 1929 a enero de 1931) inició con el crack bursátil, crisis financiera e inicio de la recesión. La segunda fase es la expansión de la crisis a Europa, (mayo de 1931 a julio de 1932); mientras que la tercera (noviembre de 1932 a marzo de 1933) fue cuando los efectos de la crisis en Europa impactaron de nueva cuenta en Estados Unidos, siendo estos superados hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente Europa se encuentra en crisis, y las posibilidades de que Estados Unidos detenga su pequeña recuperación y vuelva a situación de crisis, son aún reales.

En el corto plazo sólo se puede esperar que los bancos centrales del mundo sigan manteniendo sus tasas de interés en mínimos históricos, y que los gobiernos establezcan políticas concretas para aumentar el nivel de consumo en la economía. Si estás medidas funcionan correctamente, darán “oxígeno” a la economía global, especialmente al sector financiero, pero difícilmente podrán combatir las causas estructurales de la crisis, y menos aún solucionar los problemas de desigualdad que cada vez se agudizan más en diferentes regiones del mundo. 

*gl