Los cuatro errores más comunes del mexicano al contratar un crédito

Economía Real -
Al momento de elegir una tarjeta de crédito es importante tener en cuenta los ingresos mensuales con que se cuenta. Foto: Excélsior
Al momento de elegir una tarjeta de crédito es importante tener en cuenta los ingresos mensuales con que se cuenta. Foto: Excélsior

El endeudamiento financiero ha sido uno de los problemas que quitan el sueño a miles de familias, afectando tanto sus ingresos y gastos como su tranquilidad emocional. A un nivel familiar,  endeudarse al contratar un crédito significa, en un primer momento, una expansión de su poder adquisitivo y por tanto un mayor consumo.

Sin embargo al paso del tiempo y sin un correcto control, tanto del monto como del plazo en el que fue contraído el crédito, comienza a significar una carga para las finanzas familiares, ya que se tiene que destinar  un monto de los ingresos al pago de intereses o a la realización de pagos extraordinarios que devienen cuando no se realiza un pago corriente en la fecha establecida. Pero ¿por qué nos endeudamos los mexicanos y por qué las deudas se vuelven difíciles de pagar?

Ante la primera cuestión, el patrón de consumo de los mexicanos es un factor primordial. Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH),  las personas que pertenecen a los deciles de la población de ingresos más bajos son los que destinan una mayor parte de su gasto en alimentos y vivienda, a la par de ser quienes tienen menos acceso a un crédito. Por otro lado, los estratos pertenecientes a los deciles más altos son quienes destinan un menor gasto a necesidades básicas y tienen un acceso mayor al mercado crediticio.

Para la segunda cuestión Alejandro Villagómez, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) encontró que un número creciente de personas toma decisiones financieras equivocadas debido a un grave “analfabetismo financiero”, Entre las decisiones que se toman en este marco se encuentra la contratación de un crédito.

Para Villagómez, el mundo financiero se torna cada vez más complejo y el que un mayor número de la población se acerque a toda una gama de instrumentos financieros como tarjetas de nómina y de crédito requiere que la población se informe tanto de conceptos financieros clave que le ayuden a conocer lo que está adquiriendo como de una amplia capacidad de lectura de los términos bajo los cuáles se contratan éstos instrumentos. ¿Cuáles son los errores más comunes que cometemos las personas al contraer un crédito?

a) No elegir correctamente el tipo de tarjeta: Al momento de elegir una tarjeta de crédito es importante tener en cuenta los ingresos mensuales con que se cuenta. Por ejemplo, si su ingreso es limitado y el crédito va a emplearse con fines de emergencia, es más viable una tarjeta de débito ya que no excederá su consumo en más de lo que su ingreso le permita. Una tarjeta de crédito requiere, además, de un ingreso mayor pues no sólo se pagará lo que se retire de la tarjeta, sino los intereses que dicha deuda genera.

b) No revisar las condiciones del contrato: Desconocer tanto tus derechos como tus obligaciones tiene serias desventajas. Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) algunas instituciones financieras incluyen cláusulas abusivas e incluso ilegales. Algunas de esas cláusulas incluyen penalizaciones por terminación anticipada del crédito, terminación de otras líneas de crédito cuando los pagos no se realicen a tiempo y cláusulas ilegales como el cobro de intereses moratorios. Por otro lado se debe tener en cuenta que el cálculo tanto de intereses como de los pagos mínimos que se hacen mes con mes se toma como base toda la deuda contraída inicialmente, por lo cual en muchas ocasiones aunque se abone un mayor monto a su deuda total, el pago mínimo no disminuye gracias a las estipulaciones del contrato. Esta situación es de las más desconocidas por los contratantes.

c) Solicitar crédito con varias instituciones financieras: Esto se traduce en tener más de dos tarjetas de crédito. Contar con múltiples líneas de crédito en más de dos instituciones financieras puede generar un descontrol, debido en buena medida a que los contratantes no hacen un comparativo informado entre las tarjetas existentes en el mercado, lo que conlleva a que los créditos se contraten sin tomar en cuenta cosas como el pago de intereses y los plazos de dichos pagos. Bajo este contexto, las finanzas familiares se desequilibran entre plazos y montos, resultando en mayor estrés y complicaciones financieras.

Según la Condusef los elementos que deben tomarse en cuenta al comparar una tarjeta son: las comisiones cobradas por disposición de efectivo y consulta de saldo, el CAT (costo anual total), el pago de anualidad (más el IVA) y la estructura del pago de intereses. Es decir, si es un interés constante a pagar o un interés que incrementa conforme más se tarda en pagar la deuda. No es lo mismo contraer una deuda con una institución financiera grande como Banamex que acudir a instituciones especializadas en créditos a sectores populares como Coppel (la diferencia en cobro de tasas va de un 20 a un 30%).

d) Pagar una deuda pasada contrayendo un nuevo préstamo: Este tipo de error lo cometen principalmente quienes se han endeudado con más de dos instituciones financieras, pensando que “es mejor deberle a uno que a dos”. Un crédito y un préstamo no son lo mismo, en un préstamo la institución provee una única cantidad fija que el cliente debe devolver al cabo de cierto plazo, con comisiones e intereses que suelen ser muy altos. Un préstamo se contrae de mediano a largo plazo, a diferencia de un crédito obtenido vía una tarjeta, pero no por ello deja de ser menos costoso (todo lo contrario) por lo que se debe tener en cuenta que será una deuda que abarcará una cantidad considerable de años y no necesariamente le permitirá pagar todas sus deudas pasadas.

Antes de contratar una deuda siempre hay que analizar para qué se necesita dichos recursos, si se cuenta con un ingreso mensual que permita pagar las mensualidades (o si el crédito servirá para generar dicho ingreso) y sobre todo, con qué responsabilidad está dispuesto a llevar el manejo de ese tipo de instrumento.

Si bien México es un país con un deterioro del poder adquisitivo notorio en los últimos treinta años y una escasa penetración financiera, la tarjeta de crédito no debe de ser un instrumento del cual deba abusarse, porque, como las cifras de cartera vencida lo indican, las situaciones de impago se vuelven comunes y alteran la tranquilidad de las familias, quienes terminan trabajando para prácticamente destinar todos sus ingresos a pagarle a las instituciones financieras.

*gl

Aclaración:
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