El doloroso (pero necesario) proceso de aprender a decir 'no'

Irrazonable - Mente -
La siguiente vez que tu cerebro quiera dar un sí quizá más motivado por presión social, toma un respiro. Foto: Visual Hunt
La siguiente vez que tu cerebro quiera dar un sí quizá más motivado por presión social, toma un respiro. Foto: Visual Hunt

CIUDAD DE MÉXICO.- Hemos de confesar nuestro dolor más grande como organización: decir no. Este año aplicaron a nuestra convocatoria (procedentes de la totalidad de los estados de la República) alrededor de 230 iniciativas. Pero en un mundo de problemáticas infinitas, los recursos son finitos. Hoy tenemos la capacidad de atender solamente poco más de una o dos docenas de emprendedores al año, y aprender a decir no en este proceso nos ha enseñado muchísimas lecciones como organización. Aquí algunas de ellas:

Aprender a decir no… te fuerza a priorizar. ¿Qué es importante para tu organización? Kevin Starr, mentor irrazonable (Global) y director de la Fundación Mulago dice que es importante aprender a establecer una misión de menos de 8 palabras compuesta de tres elementos: a) verbo; b) una población meta; c) un resultado.

A partir de entender el “qué” de tu organización te puedes cuestionar el “cómo”. ¿Es la mejor manera de llegar al resultado?, ¿hay algo más que podamos hacer para acelerar el paso?, ¿qué sobra de lo que hago? Las respuestas evidentemente vendrán acompañadas de posibles no, y quitarás procesos, dejarás de apoyar ciertos beneficiarios y solicitarás a algún colaborador que deje de trabajar contigo. En el largo plazo, ganarás claridad. Nuestra misión es sencilla: ayudamos emprendedores sociales a maximizar su impacto. Todo lo que no suene a eso… es un sencillo no.

Aquí Kevin Starr en Poptech nos explica la misión en 8 palabras. 

 

Youtube Imagen
Icono Play youtube

Aprender a decir no… te fuerza a ser más empático. Uno de nuestros mentores irrazonables y director de Adobe Capital, Erik Wallsten, nos aconsejó sabiamente: “siempre es importante encontrar el no lo más pronto posible”. En el contexto de la conversación hablábamos de inversión, pero es un gran consejo aplicable a cualquier área de nuestra vida. Cuando alguien te pide algo fuera de tu misión social y con transparencia y vulnerabilidad dices no en esta ocasión… estás denotando importancia para la persona que te lo solicita. A final de cuentas, estás respetando también su tiempo. La siguiente vez que tu cerebro quiera dar un quizá más motivado por presión social, toma un respiro y piensa en esto… te ayudará a ser más contundente en tus decisiones.

Aprender a decir no… te permite equilibrar tu vida. Podemos estar en la industria del impacto y trabajar 16 horas diarias para cambiar el mundo y ayudar cientos de emprendedores. ¿Y? Decía un antiguo Rabí judío al que llamaban “El Nazareno”: ¿de qué te sirve ganar el mundo si pierdes lo importante? Greg McKeown, autor del libro Essentialism argumenta que si no priorizas tu vida, alguien más lo hará por ti: tus clientes, tus empleados… todos menos tú. Y seamos francos: una relación equilibrada entre trabajo/impacto/vida personal es importante para mantener la energía que necesitamos para seguir en este tema. No lo demos por sentado. Aprender a decir no implica también ser empáticos con nosotros mismos. Si no nos cuidamos cada uno… ¿entonces quién?

*livm

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
Icono de te puede interesar de en dineroenimagen

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR