El doloroso paso de startup a empresa de verdad

Startuperos Anónimos -
¿Quieres crecer? Es necesario que te vuelvas una empresa de verdad y eso sólo se hace con un notario y un alta ante Hacienda. Foto: Thinkstock
¿Quieres crecer? Es necesario que te vuelvas una empresa de verdad y eso sólo se hace con un notario y un alta ante Hacienda. Foto: Thinkstock

Si estás iniciando una empresa es muy probable que te encuentres en una de estas dos situaciones: o eres un empleado o un recién egresado de la universidad, si no es que un estudiante.  Siendo muy honestos, sólo en carreras administrativas o financieras la contabilidad o las constituciones legales de sociedades pasan por el temario. Los demás, lo ignoran por completo.

Entonces llega la cruel realidad,  al ser el dueño de una empresa, por pequeña que ésta sea, todas las responsabilidades relacionadas con el SAT y con abogados estarán de tu lado.

Arrancar como persona física con actividad empresarial es una de las prácticas más recurrentes en quienes inician un proyecto nuevo. Lamentablemente, si quieres crecer, no puedes quedarte así. En el mundo real, los proveedores necesitan exhibir actas constitutivas para ser tomados en cuenta por clientes medianos o grandes.

¿Quieres crecer? Es necesario que te vuelvas una empresa de verdad y eso sólo se hace con un notario y un alta ante Hacienda.  O dicho en términos más administrativos, debes convertir tu proyecto en una persona moral.

Por mucho tiempo que la figura más recomendable para una ello  era la famosísima Sociedad Anónima de Capital Variable (S. A. de C. V.) y el plazo recomendado, de 99 años. Pero las cosas han cambiado y, dependiendo de tu giro, hay otras figuras en las que te puedes constituir como una empresa de verdad y por plazos más relajados, como cinco años.

Al formalizar la relación con tu startup, también deberás repartir responsabilidades entre los socios, llamados poderes. Alguien puede tener a su cargo todo lo legal, mientras otra persona puede llevar lo bancario. La repartición de las mismas es completamente libre e independiente para los participantes del proyecto.

Una buena, el SAT no se hace más difícil que antes; las obligaciones fiscales generadas por ser una persona moral son muy similares a las que tiene una persona física. Las cosas no cambian demasiado, excepto por un pequeño detalle: no puedes ser empleado de tu propia empresa. Así como lo lees. Entonces, tus presupuestos y planes deben orientarse hacia la recepción de utilidades más que hacia un sueldo fijo.

Al tener todo esto, podrás abrir una cuenta bancaria a nombre de la empresa y comenzar a generar historial financiero que puede traducirse en  financiamientos en un futuro. Así podrás llegar más lejos.

Si pensabas que emprender era jugar, es un buen momento para rectificar. Una empresa de verdad comienza con la firma del acta constitutiva y el registro federal de contribuyentes.  Sí, duele, pero es necesario para lograr lo que siempre has soñado.

*gl

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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