La clave para manejar mejor la vigencia de tus contenidos

La semana pasada hablamos del contexto en tu estrategia de comunicación y su vital importancia. Hoy completamos esa lección con otro fundamental elemento: el tiempo.

Como todo lo demás, el contenido que publicamos en las distintas redes sociales tiene un tiempo óptimo para su publicación (que podría ser la hora en la que más alcance tienes o en el momento de un evento programado) y tiene también una caducidad dictada no solo por las tendencias del día o tu propia estrategia, sino también por la plataforma en la que publicas.

Las impresiones orgánicas en redes como Facebook son cada vez menos debido a sus cambios en políticas que obligan a las empresas a invertir para maximizar su alcance, y otras como Snapchat son diseñadas así, con esta caducidad en mente.

El mundo reinado por plataformas móviles de hoy no tiene tiempo para todo el contenido de su interés que se publica diariamente, son pocos los que “guardan para después” algún tipo de contenido y ni pensar en buscar algo de hace más de un par de días. La caducidad de tu contenido llega más rápido de lo que te imaginas. Y hay que hacernos a la idea: tu contenido puede ser muy bueno, gracioso, importante o controversial, pero es efímero.

Todo, desde aquel vestido que casi nos lleva a romper familias y amistades por no saber si era blanco con dorado o azul con negro, hasta las declaraciones de un hacker que ayudó a ganar elecciones, todo pasa. Y no quiero decir que pierda importancia, pero sí relevancia.

Dadas las circunstancias ¿debemos entonces reducir la calidad de nuestro contenido por la dificultad de viralización y el corto tiempo de máximo alcance que tiene? La respuesta es: no. Hay que redoblar esfuerzos para tener siempre contenido de calidad y relevancia pero hay que ser consientes de su vigencia.

En algunas ocasiones me he encontrado con contenido recompartido de hace dos o tres años que, aunque pudiera seguir teniendo utilidad o sea importante para nuevos seguidores, rara vez se justifica su circulación sin, por lo menos, haberle hecho algunas modificaciones o ediciones. Ese contenido que dio buenos resultados como un post en tu blog puede ser ahora una gran infografía o tal vez podrías usar el contenido para armar un buen video en Youtube…

No se trata de “revivir muertos” sino de crear una cultura de curación de contenido que te permita, al mismo tiempo, hacer conciencia sobre la vigencia y periodicidad de tus contenidos, así como realizar publicaciones cada vez más relevantes y dominar el timing de tu estrategia de contenidos.

Medir la caducidad de un contenido no es algo tan cuantitativo (aún), pero debemos empezar a formar en nuestras empresas creativos que incluyan el factor tiempo en sus estrategias, de modo que puedan aprovechar al máximo el alcance que podamos obtener dentro de una ventana de tiempo determinada.

Dicho de otro modo, es el equivalente a los “5 minutos de fama” del marketing digital actual…

*DR