AIFA, aerolíneas de carga y Categoría 1 de la FAA

Ayer, el presidente López Obrador comentó la reunión que tuvo con Pete Buttigieg, secretario de Transporte de Estados Unidos, quien vino a México por un tema político.

En un también año preelectoral en “el imperio”, la presión política de FedEx y UPS para no mover sus operaciones de carga al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) escaló hasta el presidente Joe Biden, quien no quiere problemas con empresas ni sindicatos.

Ayer, el subsecretario de Transporte, Rogelio Jiménez Pons, se reunió con los directivos de las aerolíneas estadunidenses de carga que operan en México para tranquilizarlas y ofrecerles apoyo.

Éstas tendrán el tiempo que necesiten, la transición se hará sin conflictos y se espera que, con ello, ya no regresen con Biden.

Pero el mandatario mexicano mencionó en su mañanera otro asunto que corre por un carril distinto: la recuperación de la Categoría 1 de la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés), donde priva lo técnico, aunque nuestros vecinos del norte siempre pueden generar dilaciones burocráticas.

La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), cuyo titular es Jorge Nuño, tiene un escenario optimista, que es recuperarla en junio, y otro más realista, que se va a julio.

De hecho, en las tres principales aerolíneas mexicanas están considerando que esto ocurrirá hasta finales del próximo mes; por lo que se tardarán otros 120 días en lanzar y promover las rutas a las que buscarán entrar entre México y la Unión Americana, de las 36 que hoy son atendidas exclusivamente por compañías estadunidenses.

Así es que el impacto, en términos de tiempo perdido, para las compañías nacionales de aviación sería de dos años y medio, de mayo de 2021 a diciembre de 2023.

De hecho, desde hace un par de semanas Jiménez Pons les pidió por escrito a Aeroméxico, Volaris y Viva que digan cuáles son las rutas que pretenden cubrir y las tres han hecho mutis, pues quieren tener antes los detalles del momento en que ocurrirá el regreso.

DIVISADERO

AUTOGOL. Vaya tuit de Miguel Torruco, titular de Turismo, pues el martes se le hizo muy simpático subir dos fotos del mesero Ángel Zarazúa sirviéndole, solícitamente, un café, con varias décadas de diferencia.

Al funcionario le pareció muy agradable decir que era su “amigo” y contar la historia, no precisamente hilarante, de que durante cuatro décadas le pidió que le cuidara su “sillita” en la cabecera del comedor de la Sectur, hasta que finalmente la ocupó.

Hasta ayer por la tarde ya casi un millón de personas habían visto el tuit, que tenía casi 900 comentarios, todos ellos negativos, recriminándolo por presumir una “buena amistad” con un trabajador al que no le aumentó el sueldo y sigue ganando menos de 10 mil pesos mensuales.

Algún día se sabrán otras historias más perversas de Torruco, como cuando vetó a Heriberto Hermosillo, funcionario que durante décadas trabajó en la Sectur, y a quien, al llegar a la dependencia, le exigió la renuncia por haber colaborado con titulares “neoliberales” de épocas pasadas.

Hermosillo, después de mucho batallar, consiguió que lo nombraran director ejecutivo de la Asetur, pero Torruco llegó tarde a esa junta y ordenó que lo “bajaran”.

Entonces los secretarios estatales de turismo apechugaron, llamaron a Hermosillo le dijeron que, en lugar de 90 mil, sólo le pagarían 20 mil pesos mensuales y, como no aceptó, se quedó sin empleo.