Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

29 Jul, 2022

La fiebre hotelera del “todo incluido”

Hace apenas dos décadas, los hoteles “todo incluido” eran vistos con desdén por las prin­cipales marcas del mundo, un producto ba­rato para personas de bajo poder adquisitivo.

Hoy, las cadenas que están en destinos de playa enfrentan problemas crecientes cuan­do no tienen en sus portafolios, por lo me­nos, algunos hoteles que respondan a esta demanda del mercado.

En septiembre de 2021, Grupo Hyatt, cuyo presidente y consejero delegado es Mark Hoplamazian, sorprendió al sector con su decisión de adquirir en dos mil 700 millo­nes de dólares AMResorts, de Alejandro Zozaya, con lo cual, en números redondos, el pre­cio de las acciones de aquella compañía pasó de los 60 hasta más de 90 dólares por título.

Además, Hoplamazian se convirtió en el segundo eje­cutivo mejor pagado de la ho­telería, con algo así como 24 millones de dólares al año.

Este mes, otro movimiento que generó altas expectativas fue el de la alianza estratégica entre Wyndham, la cuarta compañía hotele­ra más grande el mundo, y la española Pa­lladium, de la familia Matutes.

Palladium se comprometió a abrir sus instalaciones para que los clientes de Wyndham tengan acceso a sus hoteles “todo incluido”.

Capitanes de otras cadenas españolas bien posicionadas en el modelo todo in­cluido, dejan saber, en voz baja, que están siendo cortejadas por las otras tres grandes cadenas estadunidenses: Marriott, IHG y Hil­ton, para entrar como socios o como aliados al todo incluido en destinos de playa.

De pronto, este 2022 está siendo el año en que, al extremo contrario de lo que ocurría en el 2000, estar fuera del “todo incluido” no sólo dejó de ser sinónimo de mal gusto, sino que es un requisito para ganar más.

 DIVISADERO

NO ME AYUDES, COMPADRE. Miguel Torruco Garza, hijo del titular de Turismo, es aliado de Antar Moisés Nacif, dueño de un medio digital que se llama El cambio de México, que le celebra todas sus “gracias”, in­cluyendo haber llegado a la Cámara de Dipu­tados en lo que llamó “relevo generacional”.

Ahora, en su cuenta de Twitter, escribió: “#carlosjoaquin dejará un estado lleno de do­lor(...) Qué más quiere saber @lopezobrador_ Defender a Carlos Joaquín es ir contra sus ideales”.

Así es que, por lo visto, al clan de los Torruco sí le caló aquella versión de que el secre­tario le cederá su silla al man­datario saliente de Quintana Roo, pues aquél no es un caso único y hay otros blogueros apoyando al cachorro de la 4T.

Ellos saben su juego, pero lo más inteligente sería no acusar recibo y aguardar a ver lo que sucederá en lugar de alimentar el fuego; calladitos se verían más bonitos.

PERCEPCIÓN. El lunes comenzaba como una semana normal para Aeroméxico y su direc­tor general, Andrés Conesa, seguía planean­do cómo rentabilizar sus salones Premier, cuando el presidente López Obrador salió conque había una campaña de la aerolínea en contra de la 4T.

Los telefonazos comenzaron, los perio­distas querían saber en qué consistiría la si­guiente etapa de la estrategia, después de que uno de los pilotos, supuestamente, dijo que había un “cráter” en una pista del Aero­puerto Internacional de la Ciudad de México.

También hubo una comunicación de la compañía con las altas autoridades federa­les para decir que había respeto al régimen; entró la agencia de manejo de crisis, pero re­sultó que todo era una percepción del man­datario, quien pone a bailar al país al ritmo de sus mañaneras.

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