Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

11 Nov, 2022

La pandemia fortaleció a México como destino de romance

SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Si aquella frase del presidente Andrés Manuel López Obrador de que la pandemia le había caído como “anillo al dedo” provocó el desconcierto de millones que sentían peligrar su vida, en el caso del turismo mexicano en general y del turismo de romance en particular no pudo ser más cierta.

Mientras el resto del turismo grupal sigue padeciendo, Kitzia Morales, presidenta de la Asociación Internacional de Profesionales de Destinos de Bodas (IADWP, por sus siglas en inglés) asegura que, aquí, el número de eventos y la derrama están por lo menos 10% arriba de 2019.

Pero, además, el hecho de que México haya sido uno de los pocos destinos que permaneció abierto durante la pandemia, provocó no sólo que más estadunidenses hayan conocido en los últimos años los destinos mexicanos, sino que, tamién, hayan descubierto todas las ventajas que tiene vacacionar en el país.

Para Morales, no sólo hay una expectativa favorable, sino un escenario de franco crecimiento en un negocio que se está sofisticando, pues ya no sólo se habla de las bodas, sino también de otras actividades coincidentes, como las despedidas de solteros y las lunas de miel.

 

Ed Cotton es un veterano de esta especialidad, fundamentalmente porque hace 30 años se preguntó por qué sólo los estadunidenses ricos y famosos viajaban a Acapulco para organizar sus bodas y decidió ofrecer estos eventos a toda la gente.

Ya semijubilado, Cotton vino al Congreso de Turismo de Romance de la IADWP para saludar a sus amigos y mantenerse activo, pero recuerda vívidamente cuando su gente más querida no sólo lo tachaban de “loco”, sino, peor, lo calificaban de “estúpido” por querer organizar bodas en México.

Pasaron seis meses para que contratara su primer empleado de tiempo parcial, pero cuando vendió su compañía ésta facturaba 1.2 millones de dólares a la semana y además tenía 250 colaboradores.

Cotton vive en la Riviera Maya y, aunque no habla español, se siente mexicano, o por lo menos, un “embajador de México” y sostiene que, gracias a la pandemia, muchos estadunidenses más descubrieron el país y están cambiando su percepción respecto a la violencia.

No es que no exista, aclara, él mismo conoció el caso de una persona cercana en Playa del Carmen que murió presumiblemente por una situación con el crimen organizado, tampoco hace muchas de las cosas que realizaba hace una década, pero sabe moverse en México sin meterse en problemas.

Además, está convencido de que si bien la principal razón competitiva para que un estadunidense se case acá es el precio, también destaca la amabilidad inigualable de su gente, sus atractivos naturales, su belleza y su gastronomía.

Incluso, dentro del turismo de romance hay segmentos y Rigo Longoria y JC Betancourt, propietarios de Queer Weddings Mexico, ven una gran oportunidad en las bodas LGBTQ+, sobre todo porque ahora son legales en todo el país.

Ellos no sólo organizan bodas, sino que capacitan a otras empresas para atender a este mercado en un país en donde sigue habiendo grandes retos de capacitación en este segmento.

En el pasado, el turismo de romance fue una tabla de salvación para muchos agentes de viajes que estaban perdiendo sus empleos y sus negocios.

Hoy, seguramente muchos profesionales más se seguirán mudando a una actividad que genera una gran derrama económica.

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