Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

3 Ago, 2022

Monopolios y oligopolios, la otra realidad de Los Cabos

 

 

La semana pasada el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) de Los Cabos hizo su foro anual y Fernando Olivera, secretario de Turismo de Tamaulipas, provocó polémica con su participación.

El funcionario, ya de salida en su puesto actual, también fue subsecretario de Turismo federal, titular de Turismo de Guanajuato y tuvo varias posiciones en el sector privado.

Como conocedor de este sector jugó con el nombre de “El otro México”, el título del libro de Fernando Jordán, periodista que recorrió la Península de Baja California hace 72 años para escribir una de las primeras crónicas del que entonces era un territorio del país.

Olivera se refería a lo que sucede en Los Cabos y en el “otro México”, es decir, en el resto del país.

Olivera mostró que en este destino la ocupación hotelera, incluso, ahora en la temporada baja de verano para los estadunidenses, las ocupaciones están arriba del 80%; además con las tarifas más altas que, en promedio, rondan los 300 dólares por noche.

Aunque hay muchos hoteles de lujo que cobran a partir de 600, el mayor número de aviones privados contra el número de cuartos de hotel en México llegan a Los Cabos y los restaurantes están llenos.

En el “otro México” la situación es diferente y en varios destinos la siguen pasando francamente mal y no se han podido recuperar de la pandemia.

Pero lo que Olivera pasó por alto, lo que no contradice sus afirmaciones de una recuperación excepcional, es que, en ese destino de condición casi insular, a donde llega gran cantidad de productos por mar o por aire, prevalecen algunos privilegios monopólicos u oligopólicos que benefician a unos cuantos a costa de la mayoría.

Situaciones que no sólo no han disminuido con el crecimiento explosivo de Los Cabos y sus alrededores, sino que están creciendo y, como a muchos les sigue yendo bien, en un ambiente de jauja prefieren no mover el “avispero”, sobre todo porque detrás de ellos están algunos políticos nuevamente encumbrados por el triunfo de la 4T. Sin ser exhaustivo, aquí enumero algunos de ellos.

1. La supuesta escasez de agua, que los grupos más adinerados ya han resuelto instalando plantas desaladoras, pero el resto tienen que seguir completando sus necesidades pagándole a los “piperos” el líquido con un sobreprecio importante.

Los grupos que ya desalan el agua del mar, además no pueden vender legalmente sus excedentes porque entonces afectarían a los “piperos”.

2. Igualmente grave es la falta de generación de energía, pues Baja California Sur no está conectada con la red de la masa continental y obtienen electricidad quemando combustible, pero, además, la Comisión Federal de Electricidad limita cada vez más las opciones para que los particulares la generen, incluso, utilizando tecnologías limpias.

3. El transporte público es otro problema, con falta de opciones municipales, el control político de las placas de los taxistas y la prohibición de las plataformas tipo Uber o Didi, aunque, en realidad, funcionan, pero de una forma extralegal.

4. La lista incluye también limitaciones a la educación privada de calidad, abusos de corporaciones sindicales sobre la mano de obra y la invasión de la propiedad privada. Si todo esto no cambia llegará el momento en que este destino dejará de tener esas ventajas que reconocía Olivera respecto al “otro México”.

 

 

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