¿Qué Acapulco saldrá de la furia de Otis?

La diferencia entre las dos grandes crisis que ha padecido el turismo durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es que la primera, la de la pandemia de covid-19, se solucionó básicamente con la inacción de la administración pública, pero si se aplica la misma fórmula en la segunda, Guerrero enfrentará una grave crisis política, económica y social.

La historia real de la pandemia fue que los empresarios, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, y algunos gobiernos estatales, generaron las reglas para mantener operando los hoteles, minimizando los contagios, y el salvavidas fue que el gobierno federal mantuvo abiertos los aeropuertos a los vuelos internacionales.

Respecto al huracán Otis, que arrasó con Acapulco, no hay que inventar el hilo negro, pues en México se han recuperado destinos en tiempo récord, como pasó con el huracán Wilma que golpeó a Quintana Roo, y con Odile, que hizo lo propio en Los Cabos.

En ambos fue patente el liderazgo presidencial, quien dejó a un secretario de Estado como líder en la respectiva entidad hasta lograr, junto con el gobernador, que los destinos turísticos retomaran el camino.

En ambas ocasiones acudieron a la zona del desastre los titulares de las Fuerzas Armadas, los titulares de Turismo, de la Comisión Federal de Electricidad, del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, entre otras dependencias y organismos.

En ambos casos hubo un grupo restringido de voceros que daban los reportes con información cierta, lo cual evitó que hubiera perspectivas diferentes y se generara incertidumbre.

Expertos en el manejo de crisis, como Rodolfo López Negrete, quien, como director del Consejo de Promoción Turística de México, participó en la comunicación con la industria turística y en la conducción de las campañas de reposicionamiento tras Odile, ha dicho que las premisas son liderazgo, una valoración correcta de la crisis y comunicación de información verídica, sin ponerle ni quitarle elementos.

John McCarthy, exdirector de Fonatur, recuerda la suma de muchas decisiones y destaca la constitución de un fondo comandado por la Secretaría de Hacienda y los bancos de desarrollo para otorgarle recursos a los particulares a las menores tasas posibles.

También un trabajo permanente de facilitación para solucionar con decisiones excepcionales problemas concretos, como dar concesiones aduaneras para la importación de equipos de aire acondicionado.

Hoy, los hoteles comienzan a hacer sus pronósticos y son disímbolos, están desde algunos, como Las Brisas, que hizo pública su intención de reabrir sus puertas para el 16 de diciembre; Mundo Imperial que, considera, tendrá algunos hoteles operando para diciembre; aunque en otros como el Dreams, operado por Hyatt, los ajustadores ni siquiera han terminado de valuar lo que tendrán que pagar las aseguradoras.

También hay testimonios como el de Omar Flores, presidente de los colonos de Pichilingue, quien, al llevar víveres para los empleados de esa colonia en Acapulco, fue despojado de ellos adelante de Chilpancingo por miembros del Ejército y la Guardia Nacional, quienes además lo asaltaron y golpearon.

El empoderamiento de los militares ya está llevando a abusos y a la violación de los derechos humanos, algo que da terror, pues así iniciaron las historias siniestras de Chile y Argentina.

Hoy privan las dudas sobre hasta dónde llegará esta tragedia, si se hacen bien las cosas, Acapulco incluso regresará mejor que antes, pero si siguen privando la anarquía y los abusos, el panorama será desolador.