Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

30 Sep, 2022

“Repensar el turismo” o escuchar el “canto de las sirenas”

“Repensar el turismo”, el lema del Día Mundial del Turismo este año, supuestamente animaba a analizar la nueva realidad, tras el inicio de la pandemia de covid-19.

Aunque, principalmente ha deveni­do en lugares comunes como el de Zurab Pololikashvili, secretario general de la Orga­nización Mundial del Turismo, quien salió con que “el potencial del turismo está ahora más reconocido que nunca y depende de nosotros aprovecharlo”.

O el de António Guterres, secretario gene­ral de la Organización de las Naciones Unidas, quien dijo que: “El turismo tiene el poder de fomentar la inclusión, proteger la naturaleza y promover el entendimiento cultural. Debemos repensar y reinventar el sector para garantizar su sostenibilidad”.

Paco Madrid, el “estudiante” aplicado del turismo mexicano, produjo para esta fecha un documento que demuestra que, dejando fuera los principales destinos de sol y playa, hay un rezago en los destinos turísticos para recuperar lo que se ha perdido por la pandemia”.

Y para repensar el turismo, propuso una temática:

“Sostenibilidad; digitalización; inteligen­cia de mercado; condiciones de competen­cia equitativa; fortalecimiento de las micro y pequeñas empresas; ordenamiento territorial y ordenamiento del crecimiento; promoción; respaldo al talento humano; conectividad e infraestructura; ampliación de los fines de se­mana largos”.

La revisión pendiente debe incluir intere­ses, sectores y modelos de negocio afectados:

1. Está claro que los humanos tenemos tal necesidad de viajar, que en la pandemia lo hemos hecho, incluso, poniendo en riesgo nuestras vidas.

2. Lanzar protocolos que hicieron sentir seguros a los viajeros fueron suficientes para reactivar los viajes, aunque no se respetaran, como pasó en el sector aéreo que ignoró el distanciamiento social.

3. Los países que mantuvieron abiertas sus fronteras fueron los que, turística y económi­camente, se recuperaron más rápido, pero se desconoce el impacto en términos de vidas humanas, pues la información estadística es engañosa.

4. Las plataformas digitales de la llama­da “economía compartida” en el hospedaje se consolidaron durante la pandemia.

5. El turismo de negocios no regresará como se entendía antes y ello genera más pér­didas para ciertos hoteles y destinos.

6. Hay una súper segmentación, incluso, las grandes cadenas están reconociendo el poder del consumidor. por ejemplo con la compra de grupos hoteleros especializados en el modelo del “todo incluido”.

7. Si antes se decía que los “propietarios” de tiempos compartidos eran los primeros en regresar a los destinos, ahora lo hicieron los viajeros de alto poder adquisitivo y este nicho debe tener para las grandes cadenas una im­portancia estratégica.

8. En los países más ricos los trabajadores de menor rango en negocios como la aviación, el hospedaje y la gastronomía ya no quieren volver a sus trabajos originales, pues apren­dieron a “jugar” con sus seguros de desempleo.

Repensar el turismo implica aceptar que el negocio se redujo y que, para soportar el cre­cimiento futuro, lo que había antes de 2020 no es ideal para responder a la nueva demanda, lo que seguirá generando pérdidas para quienes se empecinen en defender modelos caducos.

También que las grandes organizaciones turísticas necesitan procesar los datos sobre la pandemia para entender los costos reales de mantener las fronteras abiertas, considerando las enfermedades preexistentes en los países, el poder de sus economías y las características de su infraestructura de salud.

Quedarse en una visión idílica y en luga­res comunes significará haber dilapidado un tiempo valioso cuando nos alcance la siguiente pandemia.

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