Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

1 Jul, 2018

La alineación empresarial de AMLO

Andrés Manuel López Obrador siempre ha sido reservado, cauto y pragmático con los empresarios. Su primer acercamiento con ellos fue en el año 2000, cuando ganó el Gobierno de la Ciudad de México. Fue con los miembros de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI).

Como candidato, declinó todas las invitaciones de ese gremio, a diferencia de Santiago Creel y Jesús Silva Herzog, abanderados del PAN y el PRI, respectivamente, quienes sí acudieron en su momento a los debates que se convocaron para las elecciones de la todavía jefatura del Distrito Federal.

Como jefe electo, AMLO no le hizo caso a los hombres de negocios. Ellos, básicamente inmobiliarios y de la comunidad judía, estaban preocupados por César Buenrostro. El entonces secretario de Obras Públicas, herencia de Cuauhtémoc Cárdenas, le hablaba mal de los desarrolladores. Pero El Peje, afortunadamente para ellos, no le hacía caso. El proyecto del segundo piso del Periférico se lo encomendó a Claudia Sheinbaum, su secretaria del Medio Ambiente, quien gozaba y goza de todas sus confianzas. Esa obra de infraestructura sería su primer acercamiento con los empresarios.

AMLO veía con recelo a los hombres del dinero. Pero conocía y tenía cierta simpatía con Isaac Saba Raffoul. El dueño de Celanese, junto con Luis Berrondo Martínez y Jorge Esteve Campdera, fueron los que lograron “abrir la concha” para con los dueños del capital e inversionistas.

En 2000, Adolfo Fastlicht Kurian presidía la ADI. Su papá, Marcos Fastlicht Sackler, le pide a Saba Raffoul que convenza a AMLO de tener un primer acercamiento con los empresarios de la Ciudad de México. Las reuniones solían ser en alguna de las casas de los integrantes de la ADI o en la propia sede. Andrés Manuel acepta, pero pide que el encuentro sea en el patio del antiguo edificio del Ayuntamiento. Fue una cena a la que asistieron unas cien personas, desarrolladores que a la postre se convertirían en sus principales aliados y acompañantes en tres elecciones presidenciales.

De los que estuvieron en aquella velada, la primera reunión formal con el empresariado, apunte además de los Fastlicht y Saba, a David Serur, Marcos Shabot, Freddy Helfon, José Daniel, Abraham Metta, Jorge Quinzaños y Alfonso Salem, este último representando a su tío, Carlos Slim Helú.

Todavía se recuerda que, en esa cena, Serur desempolvó su viejo proyecto, el de los segundos pisos. Se lo contó a AMLO y le diría que la iniciativa gustó al dueño de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo, quien estuvo dispuesto a financiarlos en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Al final el plan no “voló”.

A los siguientes días de esa reunión con la ADI se dio para adelante con el desarrollo de infraestructura insignia del tabasqueño. Serur puso manos a la obra y metió en la jugada a José María Riobóo, quien haría el diseño estructural y vial. El ganón de la construcción fue Manuel Muñozcano, de INDI.

El negro en el arroz es que AMLO y Sheinbaum asignaron directamente los contratos, sin licitaciones públicas, y sin que se supiera a ciencia cierta cuánto costaron esos segundos pisos que corren en cerca de 12 kilómetros del Eje 5 de San Antonio a la glorieta de San Jerónimo.

Después se detonarían varios proyectos más, como la rehabilitación de Avenida Paseo de la Reforma, que incluyó empujar hasta su terminación la Torre Mayor que el canadiense Paul Reichmann ya había iniciado de la mano de ICA, entonces capitaneada por Gilberto Borja Navarrete.

En esa misma tesitura considere la recuperación del primer cuadro de la ciudad con el Centro Histórico y sus manzanas aledañas, empresa que retomó Carlos Slim y que daría pie a una relación fructífera con el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia.

La pinza con los empresarios se cerraría con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi). AMLO puso al frente a Laura Castillo, la hija del mítico líder izquierdista, Heberto Castillo, pero quien llevaría el día a día con los inversionistas sería Guillermo Ysusi Farfán, ya fallecido.

Se constituyó un comité para rescatar y recuperar la Alameda, el cual fue encabezado por Marcos Achar, el expresidente de Comex. Otra vez Slim aparece, ahora para construir la nueva sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, bajo la figura de un PPS (Proyecto de Prestación de Servicios).

A ese desarrollo, en el que fue pieza relevante el canciller de Vicente Fox, Luis Ernesto Derbez, se le colgaría la construcción del hotel Sheraton, que posteriormente cambió a Hilton, por parte del empresario también de la comunidad Alberto Guindi, otro que respaldó en su momento a El Peje.

Finalmente los tribunales de la colonia doctores fue otro megaproyecto inmobiliario de AMLO. Lo coordinó el arquitecto Ricardo Legorreta, quien armó un grupo de inversionistas, en los que estaba José Bromberg, de Brom Inmobiliaria; Salvador Daniel, de Danhos, y Elías Cababie, de GICSA.

VIENE LA TRANSICIÓN

Alfonso Navarrete Prida y José Antonio González Anaya serán las cabezas del equipo de transición del presidente Enrique Peña Nieto. Los secretarios de Gobernación y de Hacienda liderarán la entrega de la administración pública a la nueva administración. Desde anoche se alistaba un grupo que coordinaban Alfonso Romo y Carlos Urzúa, futuros coordinador de la Oficina de la Presidencia y secretario de Hacienda del gobierno de AMLO, para comunicar a la comunidad financiera internacional el resultado de las elecciones para contener una posible reacción adversa de los mercados.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube