David Páramo

Análisis superior

David Páramo

31 Ago, 2023

Cadena de errores

Muy posiblemente hoy se publicará en el Diario Oficial de la Federación el decreto de la AFAC, encabezada por Miguel Vallín, por el cual se disminuirán las operaciones en el AICM, a partir de la temporada de invierno, a 43 por hora.

Mucho más allá de si la publicación de la Secretaría de Gobernación se da o no, el comité de asignaciones y horarios del AICM está citado para esta mañana, donde no únicamente les darán la noticia, sino que se hará la distribución proporcionalmente entre las aerolíneas. Los que más operan serán las que más deban aportar.

Seguramente, la tormenta se concentrará sobre la administración del AICM, encabezada por Carlos Velázquez Tiscareño. Se les culpará oficialmente de que fueron ellos quienes tomaron esta decisión que, además, ahora se hace de una manera inopinada, sin el tiempo de cabildeo que se dio el año pasado, en el cual se lograron limar las asperezas.

Se trata de una decisión que, en las formas, contraviene el espíritu negociador de Jorge Nuño y que da argumentos a quienes consideran que al titular la SICT, o se le está acabando la paciencia o tiene demasiadas presiones por parte de su jefe. El Padre del Análisis Superior ve muy probable una mezcla de ambas.

Cuando se dio el recorte de slots el año pasado hubo suficiente tiempo para negociar con las líneas aéreas y sus representaciones gremiales. En aquella ocasión, la IATA apoyó abiertamente y ahora critican con gran fuerza la manera en que se está dando la determinación, que está basada en sendos reportes de la AFAC y del AICM.

Hay dos visiones en torno a la saturación del aeropuerto, a pesar del recorte a las operaciones decretada el año pasado. Según la versión oficial, las líneas aéreas aumentaron la capacidad de sus aviones; sin embargo, no hay argumentos suficientes para determinar que entre octubre del año pasado, que se acordó, y esta fecha, hayan cambiado tanto las flotas.

La otra versión es que el número de pasajeros se ha incrementado porque más personas han viajado. El año pasado, el crecimiento fue a una tasa superior al 42% y se estima que este año se transportarán más de 50 millones de personas. Los más optimistas estiman que podrían ser hasta 52 millones de personas. Sea como sea, la realidad es que se trata de un nuevo parche que no resuelve la situación de fondo en el Valle de México.

REMATE INSUFICIENTE

Mucho más allá de las reacciones que se han venido sumando desde hace unos días, es fundamental destacar que se trata de un paliativo más que no resuelve la verdadera situación de los vuelos en el Valle de México, es la consecuencia del error fundacional de esta administración.

No vale la pena detenerse a enumerar los elementos de esta equivocación, que tomó el Presidente a contrapelo del mejor consejo de sus tres principales asesores en el tema, pero sí dejar claros los costos.

Hoy se utiliza el TUA para pagar a inversionistas internacionales por una emisión de 4,200 millones de dólares en bonos que hoy no financian absolutamente nada. Hay quienes temen que, si son ciertas las denuncias de algunos miembros de la industria aérea, el AICM podría no generar los flujos suficientes para cubrir esos bonos ante la caída del TUA.

Imagine por un momento quedarse sin el NAIM, que era la solución, y con un pleito internacional que pondría en riesgo la calificación de los bonos soberanos emitidos por el gobierno federal. Vamos, los optimistas creen que se tendrían que tomar recursos públicos para cubrir a inversionistas internacionales.

Al AICM se le ha negado tener acceso a recursos presupuestales para enfrentar el aumento en la demanda que tiene. Velázquez Tiscareño presentó ya un plan que solucionaría la saturación de la terminal aérea, pero que no se ha podido hacer porque no tienen recursos suficientes.

Cuando se anunció que a partir de octubre la Semar se encargaría del grupo aeroportuario, pidieron que se les regresara el TUA (esta tarifa significa 80% de los ingresos de cualquier aeropuerto) o que se les dieran recursos.

El Presidente pidió a la Secretaría de Hacienda, encabezada por Rogelio Ramírez de la O, un estudio, en el cual se decidió que no le darían dinero adicional al AICM. Cuando se requirieron recursos para tapar el hundimiento de la terminal se utilizaron, indebidamente, fondos de la Ciudad de México. 

Así las cosas, simple y sencillamente la decisión de recortar aún más las operaciones de la terminal capitalina no va a servir para nada. La solución pasa por dejarse de rollos e invertir lo que se requiere en el AICM.

 

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