¿A todos conviene?

Parecería que luego de ver las reacciones del gobierno mexicano y las empresas implicadas, podría parecer que a todos conviene que el Departamento de Transporte de Estados Unidos no sólo amplíe el permiso para la alianza entre Delta y Aeroméxico, sino que también abra la puerta para la coinversión, que está detenida desde mediados del año pasado, entre Allegiant y Viva Aerobus.

Sin embargo, no es así, claramente, American Airlines y, en menor medida, United, se verían complicadas por una mayor competencia.

Al conocerse los alegatos ante el DOT sobre esta alianza, queda claro que la SICT, encabezada por Jorge Nuño, Delta, Aeroméxico, Allegiant y Viva Aerobus están en favor de la alianza, que significa menores costos para los pasajeros de ambos países; American Airlines se opone por cuestiones netamente comerciales.

American Airlines se opone abiertamente a que se mantenga la alianza, que tiene siete años de existir, y fueron una pieza fundamental para evitar la alianza entre Allegiant y Viva Aerobus, puesto que busca mantener su liderazgo en ese mercado.

La posición de AA se fundamenta en que, de acuerdo con las cifras de la AFAC, siete de cada 10 transportados entre México y Estados Unidos operan a través de alguna línea del país del norte, donde AA tienen el 21% del mercado, seguidos muy por detrás por United, que transporta a poco más del 14% de los pasajeros.

Si se suman Delta y la que dirige Andrés Conesa, no llegan al tamaño de AA, aunque sí se le acercan mucho. No se requiere ser un genio para saber que están usando una decisión política del DOT como pretexto para mantener su liderazgo comercial.

Cuando el DOT pausó la alianza internacional de la línea que dirige Juan Carlos Zuazua con Allegiant e inició la revisión a la de Delta con Aeroméxico, lo hace como medida de presión en contra de las políticas del gobierno mexicano, que le han resultado inconvenientes a la autoridad que encabeza Pete Buttigieg.

Este funcionario, que incluso vino a México a que le dieran un paseo por el AIFA, ha sostenido que México no ha respetado los convenios bilaterales y ha dejado crecer la idea de que el transporte de carga dedicado se vio afectado por la obligación de irse a la terminal del Estado de México y salir del AICM, que, a partir de unos días más, será dirigido por Ramón Rivera Parga, quien era el segundo a bordo del equipo de Carlos V. Tiscareño.

A juzgar por los hechos, la presión no funcionó porque el gobierno mexicano siguió por una línea que argumentó muy bien el subsecretario de la SICT, Rogelio Jiménez Pons, en la carta que envió al DOT.

En ese documento pueden leerse no sólo las razones por las cuales se han tomado diversas medidas, sino que no han tenido un efecto negativo para las empresas estadunidenses. Destaca, por ejemplo, que en la más reciente disminución de slots en el AICM no se afectó a las líneas de Estados Unidos, o documenta que las cargueras han tenido importantes beneficios por irse a la terminal que dirige Isidoro Pastor.

A estas argumentaciones se suma la de Delta, que, además, incluyó el apoyo abierto de 15 legisladores de Estados Unidos, porque consideran que la alianza contribuye no sólo a la comunicación entre ambas naciones, sino a que los precios sean menores por la vía de la competencia.

A la argumentación que presentó Allegiant y Viva Aerobus en torno a las tomas de posición que tuvo American Airlines, queda claro que no le van a quitar mercado, puesto que, mientras ellos temen por la operación en destinos como Cancún, Los Cabos, Mazatlán y Acapulco, que tradicionalmente conectan a través de hubs, la intención comercial de la línea aérea que dirige Zuazua y Allegiant tienen un modelo orientado a vueltos directos entre ciudades pequeñas en ambos países, como podría ser un vuelo directo entre San Antonio, Texas, y Los Cabos.

De las cosas valiosas que estableció el documento del la SICT está la invitación a que la decisión sea tomada por el DOT con base en el mejor interés de las personas y no guiados por cuestiones políticas.

REMATE DESPRECIADO

Claudia Sheinbaum canceló su participación en la reunión de accionistas de Citibanamex, argumentando que ya tenía compromisos pactados con anterioridad. Es difícil creer que en una reunión que organizan los de Citibanamex, a la que incluso asiste su presidenta mundial, Jane Fraser, no hayan tenido cuidado con la agenda.