José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

25 Oct, 2019

El juicio contra Donald Trump

En esta columna analizamos en abril de 2017 bajo qué circunstancias podría la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, dominada hoy por legisladores demócratas opositores a Trump, proponer su remoción para iniciar el juicio en el Senado controlado por sus aliados, lo que dificultaría que se le expulsara.

Desde entonces se han ido apilando más razones para iniciar la rutina legislativa requerida para deponer a un individuo a todas luces incapaz de ejercer el cargo para el que fue electo con la dignidad y aptitud necesarias, lo que se refuerza con la revelación del chantaje que le ha venido haciendo a Ucrania, al condicionarle cercanía y ayuda a que indague a su posible opositor, Joe Biden.

El modus operandi de Trump fue el mismo que siguió con Rusia durante la campaña presidencial de 2016: procurar que otro país lo ayude en su ambición de ganar buscando basura para enlodar a su contrincante, entonces Hillary Clinton, en lo que tuvo notable éxito, con lo que ganó la elección.

En esta ocasión es distinto, pues ahora lo pillaron “con las manos en la masa” al revelarse la red de intrigas que tejió con una pandilla de allegados, muchos de ellos ya convictos de diversos crímenes, como fue revelado por personal diplomático de impecables credenciales en testimonio ante el Congreso.

Quizá la deposición más dañina para Trump fue la del embajador William B.

Taylor Jr., quien el martes confirmó a los legisladores que Trump condicionó que se entregara el apoyo militar que ya había sido aprobado por el Congreso a una declaración pública del presidente de Ucrania que investigaría a Joe Biden, quien como vicepresidente fue encargado de combatir la corrupción en ese país.

La defensa de Trump hoy es una réplica de la de siempre: acusar a otros de lo que él es reiteradamente culpable, de corrupción. No hay evidencia de que Biden haya hecho nada incorrecto, aunque fue un error que su hijo Hunter aceptara una lucrativa consejería en una empresa ucraniana.

En la operación ilícita del chantaje a Ucrania, la evidencia indica que entre sus cómplices se encuentran el vicepresidente, los secretarios de Estado y Energía, quien acaba de renunciar al cargo, y el procurador de Justicia, además de la pandilla de agentes no oficiales, como Rudy Giuliani, abogado de Trump.

Quien preside la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a quien Trump insulta a diario, tenía sus dudas de seguir la línea del desafuero/juicio político por temor a fortalecer la tesis de la conspiración “del Estado” contra el presidente, pero la palpable evidencia reciente la obligó a proceder con mayor celeridad.

No hay duda de que la Cámara baja procederá al desafuero antes del fin de noviembre, pero lo que no está claro es si en el Senado suficientes miembros del partido del presidente le volverán la espalda para enjuiciarlo, hallarlo culpable y removerlo del cargo, o, como en el caso de Richard Nixon, inducirlo a renunciar.

¡Pronto lo sabremos!

*Consultor en economía y finanzas internacionales en Washington, D.C. y ha sido catedrático en universidades de México y EU.

 

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