José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

14 Jun, 2019

Trump o AMLO, ¿quién miente?

Como adelanté la semana pasada, la delegación mexicana que llegó a la capital de los Estados Unidos dos semanas atrás, no vino a negociar nada, sino a tomar dictado de los caprichos del rabioso presidente Donald Trump quien, con el chantaje de aranceles a sus exportaciones impuso a México parar el flujo de migrantes a su país y aceptar un reflujo que puede llegar a 1 millón que ya entró pidiendo asilo.

Trump celebró su victoria amagando con usar la misma arma con otros países para imponer su voluntad, y con el propio México en caso de que no cumpla con lo prometido y con unos “acuerdos secretos, que ya se revelarán en su momento,” así como la compra masiva de productos agropecuarios.

Andrés Manuel López Obrador, al lado de su negociador Marcelo Ebrard, celebró la gran victoria de posponer la aplicación de tarifas mes y medio y envió a la bisoña Guardia Nacional a la frontera sur en números exiguos para detener la invasión, soslayó el costo enorme de recibir el reflujo de refugiados y darles casa, vestido y sustento que no tienen sus ciudadanos, y negó haber aceptado más compromisos.

Pronto averiguaremos quién mintió, pero por lo pronto presento mi pronóstico:

1. México carece de la capacidad para detener el flujo migratorio del sur con un cuerpo policiaco-militar recién formado, sin entrenamiento y mandos por definirse, lo mismo que Estados Unidos nunca consiguió atajar el flujo de tráficos ilegales que entra a su territorio, a pesar de sus pingües recursos.

2. El recorte al gasto público a hachazos aleatorios, y el despido de más de 200 mil empleados, presumiblemente los mejores, lograron que un gobierno operativamente mediocre se tornara del todo disfuncional, por lo que no habrá la capacidad de procesar y atender tan abultado número de migrantes de primer ingreso y del reflujo que mandará Estados Unidos.

3. Al no cumplirse las metas que ideó la mente calenturienta del Presidente de los Estados Unidos, en el umbral de su campaña de reelección, hará nuevas pataletas e insistirá otra vez en imponer aranceles, que para él “funcionan de maravilla,” con lo que México estará en el peor de todos los mundos, manteniendo a cientos de miles de extranjeros, y en plena crisis financiera al cerrarse su principal mercado de exportación.

4. Al no cumplir con las metas pactadas, a juicio exclusivo de los gringos, México tendría que convertirse en “tercer país seguro” no sólo de hecho, sino también de jure, lo que significa que los extranjeros que entren al país para brincar la frontera, ya no podrán solicitar asilo en los Estados Unidos.

Lo peor es que si México hubiera rechazado el chantaje, al imponérsele tarifas habría tenido como aliados en los Estados Unidos a muchos legisladores de ambos partidos, preocupados por el daño a sus territorios, a exportadores, importadores e inversionistas con negocios en ese país, y a la comunidad de comercio global que rechaza siempre las medidas proteccionistas.

Al aceptar la imposición y ceder en todo, México se quedó solo y al capricho del déspota y su guardia pretoriana.

 

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