Convención Bancaria: Claudia tranquilizó; Xóchitl regresó; AMLO se despidió

Sheinbaum, buen sabor de boca

En cuanto a Sheinbaum, sí tranquilizó a varios del público financiero, un público conocedor e influyente en los mercados.

Se presentó con una blusa bordada, elegante, blanca. Y comenzó su plática apoyándose en gráficos, con datos reales de la economía mexicana en la gestión obradorista. Desde el aumento al salario mínimo de 140% en términos reales, hasta el récord en Inversión Extranjera Directa de 36 mil millones de dólares en 2023 y, claro, pasando por la buena capitalización de los bancos.

Y aquí Sheinbaum fue clara y tiene razón: si los bancos tienen buenos niveles de capitalización, mayores a 19%, desde luego podrían prestar más. En total, logran financiar a 37.4% del PIB. El financiamiento bancario podría ser mayor. Punto para Sheinbaum.

El aspecto notable en su presentación es su intención en digitalizar. Lo hizo en la Ciudad de México con varios trámites. Y abordó el elefante en la sala: la falta de recursos para 2025. Sheinbaum no va por una reforma fiscal, pero sí por digitalizar y así ser más eficiente, y reestructurar aduanas, en las que hay una gran evasión fiscal.

Presentó su plan de desarrollo: Polos de Bienestar, aprovechando el nearshoring. Y claro que tuvo preguntas sobre el principal problema de la inversión en México, la inseguridad. Ella sabe que se va a enfrentar a este tema si gana la Presidencia.

Sheinbaum tranquilizó a la audiencia bancaria y financiera del país. Dejó buen sabor de boca.

Xóchitl, con el aplausómetro

Xóchitl Gálvez regresó a ser Xóchitl, una candidata irreverente con carisma, pero con críticas puntillosas al actual gobierno y modelo económico.

Xóchitl también regresó a la blusa holgada, huipil tradicional. Se veía bien y cómoda. Despertó varios aplausos en siete ocasiones. Cuando habló de la autonomía del Poder Judicial, desde luego levantó los aplausos. Despertó aplausos cuando les habló a los banqueros y sector financiero, llamándolos a despertarse y quitarse el temor. Despertó aplausos cuando mencionó el desastre financiero de Pemex, con enormes pérdidas, y llamó a darle a los civiles lo que es de los civiles (obras de ingeniería, aerolíneas, trenes, hoteles) y a los militares, lo militar.

A Xóchitl le fue bien con los banqueros.

Y, desde luego, retó a Sheinbaum en el tema energético, donde recordó que el actual gobierno quiere mantener a Pemex y CFE como empresas monopólicas, cuando a todas luces son empresas del Estado, pero deben ser productivas. Haría cambios en Pemex hacia la transición energética y eficiencia, para dejar de perder dinero.

También se le cuestionó sobre el aeropuerto. Evaluaría Texcoco, considerando que puede ser el principal receptor de agua del Valle de México, pero ahí mismo podría quedar un aeropuerto; claro, con recursos privados.

A Xóchitl le fue bien. El aplausómetro mostró que volvió a ser Xóchitl.

AMLO: Me trataron con respeto
y los traté con respeto

Más tarde, al filo de las 6 de la tarde, se presentó el presidente López Obrador a clausurar la Convención Bancaria. Vimos a un Presidente con buen humor. También trajo su presentación con gráficos y en tono de burla dijo: “Traigo los otros datos”. Eran datos ciertos de su gestión.

Incluso cuando puso una lámina con las utilidades bancarias, expresó: mejor quítenlas, riéndose; y, desde luego, gustó al público.

Del López Obrador, hace seis años, que iba a soltar al tigre si le hacían fraude, al de esta 87 Convención, a punto de salir de su gestión, hay una enorme diferencia: tiene buena relación con el sector financiero.