La marca ICA pesa y se la quedan; Zoé y la urgencia que funcione IMSS-Bienestar

La emblemática constructora del desarrollo estabilizador, ICA, sigue haciendo cambios para fortalecerse después de su concurso mercantil.

ICATEN, LA NUEVA OPERADORA

Se mantiene con su mítico nombre, el de ICA, que significa Ingenieros Civiles Asociados, pero bajo la empresa ICATEN, la que está siendo manejada por Guadalupe Phillips, quien ha buscado regresarla a la obra pública, desde el Tramo 4 del Tren Maya hasta Dos Bocas, o en obra pública de estados, como la de Querétaro.

De esta manera, ICA es una empresa privada, con finanzas sanas y que buscará mantener el ADN de su origen, de obra pública, pero con nuevas capacidades.

Incluso, la marca ICA es tan buena que ICATEN la registró en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), como marca registrada.

EMICA, LA DESLISTADA

En cambio la empresa que ayer fue noticia en la Bolsa Mexicana de Valores fue EMICA. Por decirlo así, es la antigua ICA. Esa sí desaparece. Ya no tenía operaciones con la entrada del concurso mercantil.

Las acciones de EMICA habían sido suspendidas en la bolsa desde el 28 de agosto de 2017.

Nos informan que ni siquiera era una empresa con activos. Y la actual directora de ICA, Guadalupe Phillips, no tiene relación alguna con EMICA.

LA MARCA ICA

Así, la nueva ICA surgida del concurso mercantil, impulsada por la capitalización del Fondo Fintech Advisory, fue la constructora clave del desarrollo estabilizador. Fue la constructora del Estadio Azteca, del estadio de Ciudad Universitaria, del Palacio de los Deportes, de las primeras líneas del Metro de la Ciudad de México, del multifamiliar Miguel Alemán. Incluso, en los años noventa construyó la Autopista del Sol, que conectó la Ciudad de México con Acapulco. Pero su deuda la hizo caer en concurso mercantil y ahora con nueva gestión va por más obra pública y, desde luego, mantiene uno de sus activos principales: la marca ICA.

ZOÉ QUERÍA Y QUERÍA, AMLO LE AGRADECE

Si había alguien entusiasta para ser gobernador de Chiapas era Zoé Robledo. Él mismo dio a conocer que era uno de los ocho funcionarios que levantaron la mano cuando el Presidente les preguntó si iban a buscar alguna candidatura. Fue quien tuvo decenas de giras de trabajo hacia su estado natal. No había duda de que tenía ganas de ser gobernador.

Pero Zoé parece ser un damnificado político del mal manejo de la Secretaría de Salud. El indicador del Coneval fue una lápida para la 4T en materia de salud, donde, por más que no se quiera ver, se quedaron 30 millones de mexicanos sin servicios de salud. La carencia de servicios aumentó de los 20 a los 50 millones de mexicanos. Fue la desaparición del Seguro Popular, donde nunca se pudieron recobrar los servicios médicos para millones de mexicanos.

Juan Ferrer, director del Insabi, no pudo manejar la situación. Curiosamente, hoy es subsecretario de Salud. Hay quien dice que el entuerto fue por la arquitectura de López-Gatell. Posiblemente. Pero lo único cierto es que alguien va a pagar los costos y es Zoé Robledo quien ahora, al tener el sistema IMSS-Bienestar, debe dejar, aunque sea, los indicios de dar salud a parte de la población que se quedó sin ella. Eso es lo que busca el presidente López Obrador, quien ayer dijo que le dio un abrazo a Robledo por su decisión de dejar la candidatura y quedarse en la 4T. Incluso el Presidente remató: el IMSS-Bienestar va a ser el mejor seguro médico del mundo. Así están las cosas.