Ni Claudia ni Xóchitl preocupan a mercados, pero no quieren Congreso de un sólo partido

Claudia Sheinbaum, por Morena, y Xóchitl Gálvez, por el Frente Amplio por México, van a ser las candidatas presidenciales. Y ninguna de ellas es una preocupación fuerte para los mercados. Ambas han sido proclives a finanzas sanas, respetar el Banco de México y el T-MEC. Sin embargo la diferencia está en los detalles. Veamos:

• SHEINBAUM Y SU HERENCIA FINANCIERA

Claudia Sheinbaum va mantener la 4T del presidente López Obrador, que significa sostener programas sociales, como pensiones para adultos mayores y, desde luego, una política laboral proclive al trabajador. Sin embargo, en estos años hemos visto la necesidad de afinar dichas políticas. Por ejemplo, la Pensión Universal para Personas Adultas Mayores sale muy costoso, cada vez más, y conforme las personas van llegando a los 65 años, el programa tiende a ser más caro sin un financiamiento sostenible. Todo viene del presupuesto anual. Y es una bola de nieve. Sheinbaum deberá proponer apoyo a las pymes, el cual no se ha dado en toda la administración. Así como proponer reglas claras a la inversión respetando el Estado de derecho. En ese sentido, será clave que Claudia obtenga más recursos para sostener el gasto. Ya dijo que con base en su amiga (Raquel Buenrostro, exjefa del SAT) sí analizan seguir cobrando a grandes empresas que no pagan impuestos.

• SIN EMBARGO, TIENE NEXOS EMPRESARIALES

En la Ciudad de México, Sheinbaum promovió el reingreso de Vallejo como zona industrial, pero mucho más de servicios para no contaminar. También se reunió con las firmas inmobiliarias para echar a andar los corredores corporativos, y de oficinas, de Insurgentes y Reforma. Vio al empresario Carlos Slim Helú para el corredor de Chapultepec. Supo trabajar con el sector privado para evitar una fuerte crisis del agua. Desde luego, aceptó realizar la carrera de Fórmula 1 como un atractivo turístico. Y cuando fue al Consejo Coordinador Empresarial no se le notó antiempresarios. Aunque sí preocupa la continuidad en no respetar el Estado de derecho, siguiendo la línea obradorista. Además, todavía no se ha pronunciado por el nearshoring ni la necesidad de infraestructura, así como de mejorar la crisis sanitaria y educativa.

• XÓCHITL, REFORMAR PEMEX Y LA “LEY SÍ ES LA LEY”

Xóchitl Gálvez sabe de economía. Es empresaria. Pero tiene un sentido común de finanzas públicas sanas, de respetar la autonomía de Banxico, y de aprovechar, con nearshoring, mucho más el T-MEC. Una diferencia fuerte entre ella y Sheinbaum podría ser Pemex. Para ésta, Xóchitl ha esbozado propuestas interesantes, como llevarla a Bolsa para obligarla a ser transparente y productiva. También, es proclive a las energías renovables que hoy están arrinconadas en México por la Ley de la Industria Eléctrica que obliga a comprar energía, primero, a la CFE. Y la enorme diferencia con Morena podría ser que Xóchitl sí vaya a respetar el Estado de derecho. Con la frase de “la ley sí es la ley”, Gálvez ha propuesto regresar la confianza a la inversión privada, que apenas empieza a crecer en el sexenio. Han existido cambios en las reglas en el sector energético, aéreo y farmacéutico, por nombrar los principales. Y ahí Xóchitl tiene una fuerte área de oportunidad para crecer mucho más.

• BALANCES ENTRE EJECUTIVO Y CONGRESO, QUIEREN MERCADOS

El problema para los distintos analistas de inversión sería una elección que volviera a dar todo el Congreso a Morena, con la posibilidad de echar adelante reformas constitucionales, como quitarle autonomía al INE o el traspasar la Guardia Nacional al Ejército. Ahí los mercados estarían intranquilos. Después de lo sucedido en esta administración, es difícil que el electorado le quiera dar a la próxima presidenta la facilidad para hacer lo que quiera en el Congreso, reformando la Constitución. Sin embargo, a Sheinbaum la ven con manejo prudente en economía, respeto a Banxico, y T-MEC. Mientras que a Xóchitl la ven proempresarial, con propuestas interesantes como reformar a Pemex para dejar de subsidiarlo tanto, así como regresar al respeto al Estado de derecho para las inversiones.