Miopía ante la crisis y recuperación inventada

El Presidente de la República se niega a ver las crisis existentes, como la de la salud y la económica, y tiene visiones sobre recuperaciones que no existen.

Por eso considera que no son necesarias, ni nuevas medidas contra el covid-19 ni adoptar políticas públicas para enfrentar la crisis económica y buscar una reactivación lo más rápido posible.

Por eso sigue actuado como si la pandemia y la crisis económica no existieran.

No usa cubrebocas porque no cree en el coronavirus y sigue sometiendo inversiones a votación o enviando memos a las instancias reguladoras pensando que la inversión ni está asustada ni se asustará, por más que las cifras revelen que, a mayo, la inversión fija bruta traiga una caída de 38.4% respecto al mismo mes del año pasado.

El más reciente episodio de las creencias del Primer Mandatario es su anuncio de que ya nos vamos recuperando porque en junio se crearon 15,000 empleos.

Su equipo más cercano le debiera preparar una sencilla ficha sobre el empleo en el país, aunque es probable que sí lo hagan y él la ignore.

Porque, aunque la realidad en materia de empleo sigue siendo terrible, en junio no fue tan mala como en abril.

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Hasta junio, 12 millones de personas de empleos de tiempo completo habían perdido su trabajo, pero 4.6 millones habían recuperado empleos de tiempo parcial, lo cual nos da un total absoluto de 7.4 millones de empleos perdidos.

De estos, 2 millones eran empleos formales y el resto empleos informales.

Y si el Presidente viera estos datos le darían mucho gusto y tema para hablar de recuperación, porque en junio regresaron a trabajar 8.1 millones de personas al empleo formal.

Y también le daría gusto y tema saber que las personas que necesitan empleo y que eran 33.1 millones en abril, bajaron a 25.7 millones en junio.

Estos datos sí hablan de una pequeña mejoría en el mercado laboral, aunque las cifras sigan diciendo que millones de mexicanos perdieron el empleo por la caída de la economía y que es probable que, así como abril fue el peor mes por el cierre, las cifras de junio, mejores por la apertura de la economía, difícilmente seguirán mejorando en lo que resta del año.

Todos los indicadores revelan la necesidad que tiene el país de políticas públicas claras y precisas que conduzcan a una reactivación.

El Gobierno Federal no debiera arriesgarse a que la situación se deteriore más allá de una caída de 10.5 por ciento que pronostica hasta el Fondo Monetario Internacional y de la que hemos hablado en este espacio desde febrero de este año.

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Las elecciones de 2021 sin duda estarán influenciadas por la popularidad que tendrá el Presidente de la República en esa fecha, pero contrastada por una crisis económica de la que no habremos salido para entonces y que, es probable, se haya profundizado aún más.

Los desempleados y quienes habrán caído en la pobreza extrema no suelen votar por el gobierno en turno a quien culpan de todo lo malo que les pasa en sus vidas.

Hasta el próximo lunes y, mientras, no deje de seguirme en mi página de Facebook, Perspectivas de Luis Enrique Mercado y en mi cuenta de Twitter, @jerezano52