Descongelar la Guerra Fría 2.0

China y Estados Unidos están recalculando qué tan fría será la Guerra Fría 2.0. A diferencia de la primera edición, que fue un enfrentamiento entre la Unión Soviética y EU, donde se dirimía el modelo político y económico, en la versión del siglo XXI el enfrentamiento es mucho más pragmático: por la supremacía geopolítica afincada en el poderío económico y tecnológico. Afortunadamente, en esta edición, el enfrentamiento no es militar y los conflictos internacionales no son alimentados directamente por ninguna de las dos partes, como sí ocurrió en el siglo pasado.

RECALCULANDO

Los signos del ajuste de ambos países se manifiestan en la visita que hará el líder chino, Xi Jinping, a San Francisco, EU, en el contexto del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC). En dicha visita, Xi Jinping tendrá la segunda reunión con Joe Biden como presidente de EU y dicho encuentro es interpretado como un diálogo que les permitirá establecer los parámetros de su rivalidad. A simple vista, EU parece ser más activo en su animadversión hacia China, lo que se cristalizó en el gobierno de Donald Trump, que aplicó una serie de aranceles contra la nación asiática y fuertes medidas contra Huawei. Éstas incluyeron la detención en Canadá de Meng Wanzhou, hija del fundador de la compañía y directora financiera en ese momento; hoy es la presidenta. No obstante, tampoco se puede obviar que China ha seguido una política muy agresiva de espionaje y robo de secretos industriales, así como una política expansionista en la frontera marítima con países del sudeste asiático, tomando el control de cayos y pequeñas islas y construyendo bases militares, ampliando su mar territorial. A esto hay que sumar prácticas de dumping en acero y en muchos otros productos.

LA DESVINCULACIÓN

Las cifras del comercio exterior reflejan el vuelco que dio EU con respecto a China. En la primera mitad de 2016, China representaba el 20% de las importaciones que realizó EU, mientras que para el primer semestre de 2023 únicamente significaron el 13 por ciento. Sin embargo, las exportaciones de EU al país asiático se han mantenido constantes, representando el 7.2% del total de los bienes y servicios exportados en ese mismo periodo. En el gobierno de Biden, los aranceles de Trump se mantuvieron y se adoptaron nuevas medidas, como limitar el acceso de China a los componentes de última generación de Nvidia, esenciales para el desarrollo de la inteligencia artificial generativa, entre algunas otras medidas. A pesar de ello, China no ha limitado las operaciones de Tesla y tampoco de Apple, aunque, en el caso de esta última, prohibió a funcionarios de gobierno utilizar iPhones.

AMBIENTE DE NEGOCIOS

Muchas compañías internacionales han registrado un deterioro en el ambiente de negocios en China, pero ello es atribuido a un control más férreo por parte del gobierno de Jinping, que ha consolidado el control y ha mandado señales muy potentes a las compañías de su país, como Huawei o Tencent, a las que frenó cuando buscaron cotizar en los mercados de capital de EU. A pesar de ello, hay compañías muy exitosas de China en el mundo, como Didi, Huawei y ahora BYD, entre muchas otras.

RAMA DE OLIVO

En su visita a EU, Xi Jinping cenará con líderes de compañías estadunidenses, lo que se interpreta como una señal positiva. Además, el vicepresidente Han Zheng dio otra señal alentadora al declarar que están listos para fortalecer la comunicación y el diálogo con EU en varios niveles. La última vez que hubo ramas de olivo fue cuando Biden y Jinping tuvieron su primer encuentro como líderes en Bali, pero la aparición de un globo espía en los cielos de EU echó por tierra aquel esfuerzo. Después se reportó que el líder asiático no necesariamente estaba al tanto de ello. Al mundo le conviene que EU y China dialoguen, aunque difícilmente volverán a la dinámica de integración económica de la primera década de este siglo, y ello está significando para México una gran oportunidad, dado que muchas empresas se están relocalizando para tener menos fragilidad frente a la Guerra Fría 2.0. México debe definir una estrategia estratégica para aprovechar aún más esta tendencia y convertirse en parte del puente económico entre las dos mayores economías del planeta.