Iceberg en la COP28 de Dubái

Mientras líderes de todo el mundo se reúnen en la Cumbre Climática de la ONU (COP28) en Dubái para hablar del calentamiento global, un glaciar del mismo tamaño que la urbe se ha desprendido de la Antártida Occidental. Dubái es un buen ejemplo de cómo podría ser un futuro en un mundo mucho más caliente, en el que fenómenos meteorológicos como huracanes, inundaciones, sequías y olas de calor que provocan incendios forestales se exacerban. Ante las consecuencias inevitables del calentamiento de la atmósfera, la tabla de salvación será la adaptación a través de la planificación urbana, así como la inversión en innovación que ha dado lugar a una urbe moderna como Dubái en medio de uno de los desiertos más agrestes del mundo, gracias a modernas plantas desalinizadoras y eficientes sistemas de gestión del agua.

BUENAS INTENCIONES

La COP28 en Dubái estará llena de cifras y buenas intenciones, como ha ocurrido en las 27 ediciones anteriores, pero, como todos los años, los resultados serán marginales ante la magnitud del problema. La pandemia de covid-19 ofrece un buen ejemplo de la dimensión del esfuerzo que se requeriría para tener un efecto significativo en la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero. En 2020, buena parte de la economía global se apagó como consecuencia del confinamiento; a pesar de ello, las emisiones de dióxido de carbono apenas disminuyeron en 4.6%, mientras que la economía experimentó su peor caída desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Las cifras de 2020 muestran que para lograr una disminución que permita contener los efectos del calentamiento global, como el desprendimiento del iceberg A23a de la Antártida Occidental, que tiene una superficie de 4 mil kilómetros cuadrados, se requeriría un freno económico tan fuerte que haría que las inundaciones y sequías fueran un tema menor comparado con el descontento social que ocasionaría.

MITIGACIÓN UTÓPICA

Aunque algunos países han modificado pausadamente su matriz energética, el alcance de dicha transformación no parece alcanzable para países grandes. Vaclav Smil establece en su libro ¿Cómo funciona el mundo realmente? que sin amoníaco, acero, cemento y plásticos, la sociedad moderna sería imposible. En conjunto, esos cuatro elementos representan al menos 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y hasta ahora no hay tecnologías que permitan producir acero nuevo sin utilizar combustibles fósiles para su producción, ni tampoco amoníaco, cemento y mucho menos plásticos. A ello habría que adicionar la producción de aluminio, así como el transporte de mercancías vía camión, barco y el transporte aéreo de personas que, en conjunto, representan 40% de las emisiones. De acuerdo con un estudio del Foro Económico Mundial y Accenture, se requieren inversiones de 2023 a 2050 de 13 billones 500 mil millones de dólares para alcanzar una economía cien por ciento neutral en emisiones de gases de efecto invernadero. En el remoto caso de que se pudiera redireccionar esa enorme cantidad de recursos, apenas estaríamos en 27 años ante la posibilidad de evitar efectos adicionales a los que ya se tendrían en aquel entonces y que en 2023 han provocado ya el verano más caluroso de los últimos siglos en el hemisferio norte del planeta.

SECUESTRO DE CARBÓN

La organización actual de la especie humana, a través de los estados nación que no reconocen un orden jurídico superior, hace imposible que se alcance la coordinación necesaria para cumplir con los objetivos de mitigación de gases de efecto invernadero en las siguientes décadas. Por lo tanto, el único camino posible es que a través de la innovación se descubra un proceso para secuestrar carbono de la atmósfera a gran velocidad; de momento, no se ven soluciones inminentes. Por lo que hoy se requiere planeación urbana y una gestión del agua mucho más racional, Saltillo es una muestra de lo que se puede lograr a través de una estructura público privada. La IA es una herramienta que ayudará en estas tareas y probablemente en acelerar la innovación para llegar a soluciones más definitivas.