Rodrigo Pérez-Alonso

Frecuencias

Rodrigo Pérez-Alonso

22 Jun, 2022

¿Crisis en la aviación?

 

Cuarenta mil vuelos cancelados en dos días. Miles de retrasos. Personal y horarios extendidos al límite. Las señales de la recuperación del transporte aéreo en Estados Unidos, Asia, Europa y México en plena época de verano están siendo agridulces para la industria y los pasajeros. Lo que debiese ser motivo de celebración después de una pandemia que llevó a la quiebra o reestructuración a tantos, ahora es un caos.

Con la pandemia y debido a la crisis por la que atravesó la industria, se dieron recortes de personal y reducción de costos en todas las aerolíneas nacionales e internacionales. En los peores momentos de la pandemia, estuvieron detenidos hasta 90% de los aviones o vuelos. Volar en ese momento era un riesgo para la salud, por lo que muchos gobiernos tuvieron que intervenir e inyectar capital en varias empresas.

Ese rescate funcionó en Estados Unidos y Europa. En México, la política del presidente López Obrador fue que no se rescataría a ninguna empresa (algo que se contradijo, cuando hace unos días anunció el rescate de Altán Redes de telecomunicaciones). Interjet, Aeromar y hasta Aeroméxico quedaron a la deriva. La última pudo salvarse a través de un crédito de un fondo de inversión (Apollo Management), que, posteriormente, convirtió ese crédito en control accionario de la compañía.

Ahora la recuperación ha sido más rápida que lo esperado. Este verano resultó ser muy bueno para las finanzas del transporte aéreo, pero malo para su operación. En Estados Unidos, con el día del padre y otros días feriados, el sistema aeroportuario y de aviación se vio rebasado.

El problema central de este efecto dominó de cancelaciones se encuentra en el eslabón más importante de la cadena del servicio: la falta de personal y de pilotos. Se estima que será necesario contratar al menos a 15 mil nuevos pilotos para cubrir la demanda, un problema difícil de resolver en el corto plazo.

Entrenar pilotos es caro y tardado. De acuerdo con el regulador de la aviación en Estados Unidos, la FAA (Federal Aviation Administration, por sus siglas en inglés), se necesita contar con mil 500 de horas de vuelo para que un piloto esté certificado. Además, pasan por rigurosos procesos de entrenamiento y otras certificaciones regulares que hacen de ello algo muy caro para las aerolíneas.

En el caso de México, esta crisis de vuelos también ha golpeado a la aviación. De acuerdo con fuentes de la industria, hay malestar entre algunos pilotos a causa del estrés de cubrir con la demanda. Es frecuente que aerolíneas nacionales cancelen vuelos por retrasos de operación, clima y falta de personal.

Además de ello, la industria se enfrenta a la tormenta perfecta propinada por la 4T (la llamada Cuarta Transformación): poco apoyo a las empresas, la baja de la certificación por la FAA a nuestro país –y la subsecuente baja de oferta de aerolíneas nacionales de vuelos nuevos a Estados Unidos–, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la baja demanda del aeropuerto de Santa Lucía (AIFA, Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles) –no obstante los esfuerzos del gobierno– y hasta los cambios en las rutas de aproximación en la Ciudad de México.

Ante este panorama, las aerolíneas de la Unión Americana, Europa y Asia enfrentan problemas de personal.

En México, el problema es el personal que las regula en el gobierno.

La improvisación y la falta de certeza tienen costos.

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube