El dinero que no sabemos

Andrés Manuel López Obrador, como candidato en las elecciones de 2006 y de 2012, señaló fraudes electorales y un complot de grandes empresarios, gobiernos estatales del PRI y del PAN, medios de comunicación y “la oligarquía” para quitarle sus triunfos. Reclamaba, entre otras cosas, las dádivas, movilizaciones, acarreos y gastos sin control en elecciones estatales y federales. Años después, ya como gobierno y con la llave del presupuesto en mano, el gobierno de López Obrador y los gobiernos estatales afines están usando fondos públicos para asegurar el triunfo de sus candidatos.

De acuerdo con la legislación electoral, los partidos políticos reciben financiamiento público y tiempos en medios de comunicación de acuerdo con el porcentaje de votación que obtengan cada tres años en las elecciones federales. El propósito de esto es limitar a fondos públicos el financiamiento de los partidos políticos y candidatos, y un límite de financiamiento privado. La ley prohíbe expresamente el uso de fondos públicos para la promoción personalizada de funcionarios públicos o para usos partidistas y electorales.

Sin embargo, en la realidad, en México, candidatos y partidos políticos hacen uso de fondos públicos por debajo del agua y fuera de la vista del Instituto Nacional Electoral, quien fiscaliza su gasto. Esto es un síntoma del sistema rígido de financiamiento y fiscalización impuesto a través de las leyes en México; sin embargo, más importante aún, es síntoma de la poca cultura de legalidad y respeto a las reglas en México.

Un ejemplo muy reciente viene a la mente. El viernes dieron inicio las campañas formales de Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez. Como es usual, las campañas abren y cierran con aglomeraciones enormes de gente en eventos que tratan de mostrar el músculo de la candidata o candidato y su partido. Muy afín a la cultura política del corporativismo en México, quien tiene más seguidores en la plaza se considera que es el o la más fuerte, aunque eso no necesariamente se transmita en votos efectivos.

En el inicio de Sheinbaum, la candidata oficial de López Obrador, hay indicios importantes de que distintos gobiernos estatales aportaron personas y recursos para el evento de inicio de campaña en el Zócalo. En una investigación que hice sobre videos que circularon en redes sociales de asistentes del evento del 1 de marzo hay claras evidencias de funcionarios públicos repartiendo dinero.

En un video específico (https://rb.gy/ph4pct) tomado por Pedro Márquez, estudiante de periodismo de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, se aprecia a una persona repartiendo billetes de 100 pesos a algunos asistentes.

La persona que reparte los billetes es Francisco Javier López, tercer regidor de San Pedro Lagunillas, Nayarit. A su lado izquierdo aparece Xóchitl Carmina Velazco, directora de Panteones Municipales de Tepic, Nayarit (https://rb.gy/8rvwed), y otro funcionario del DIF Estatal Nayarit.

Un solo video exhibe a funcionarios públicos de Nayarit, de Morena, en estas prácticas. Un solo video da con un esquema sistemático de uso de dinero y acarreo. Quizá más videos evidencien a cientos de funcionarios de distintos estados haciendo lo mismo.

El esquema no es nuevo para el partido en el gobierno ni para otros partidos. Sin embargo, contradice por lo que antes AMLO protestaba. Es síntoma del dinero que no sabemos, aquel que no fiscaliza el INE.