Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

13 Jun, 2022

AMLO va por cuarto modelo de compra

 

Pareciera una estrategia de prueba y error, pero la realidad es que con el cambio de modelos de compra consolidada, el mercado privado de medicamentos ha tomado 10% de la participación de mercado que tenía el mercado público o gubernamental en 2018.

Al cierre de 2021, según Grupo Knobloch, la venta en farmacias y centros de salud privados aumentó a un millón 388 piezas, el 51% del total de piezas vendidas en nuestro país, un 23.82% más que en 2018.

Este incremento explica por qué los mexicanos que tenían atención en el sistema de salud pública, tras el cambio permanente en el sistema de compras consolidadas y directas, tienen que acudir a comprar medicamentos en el sector privado, con el consecuente impacto en el bolsillo de quienes menos ingreso tienen.

Una parte se explica por el desabasto en el sector público que provoca la constante revisión de los modelos de compra consolidada, que incluyen también la rotura de cadenas de suministro (desde el proceso de evaluación de qué se requiere comprar, hasta cómo se hace llegar el fármaco o dispositivo a la unidad médica o farmacia del sector público), la falta de pago oportuno y, finalmente, las dificultades para obtener renovación de registros para la producción de medicamentos.

Por lo anterior, y pese a que ha mejorado la comunicación con la Cofepris, de Alejandro Svarch, en la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf), que preside

Luis Verduzco Koloffon, desde el año pasado (cuando estaba al frente del organismo Arturo Morales), le dieron instrucción al director general, Juan de Villafranca, para que se realizara una revisión puntual de la cadena de suministro y, a partir de ella, se dirija una estrategia para fortalecer la venta en dos mercados que pueden mitigar la pérdida que ha dejado el mercado público para los industria les mexicano: el mercado privado y también el mercado de exportación.

Considere que el gobierno del presidente López Obrador está iniciando el cuarto modelo de compras consolidadas y, ante la dispersión de muchas compras y asignaciones, no es fácil planear la producción para el sector público, ni ético, ni OTC, ni genérico (la demanda mensual de piezas es de 150 millones al mes y el año pasado se compraron en el mercado público 90 millones, lo que muestra un déficit de 60 millones). Por ello, la semana pasada tuvieron una primera reunión en Tijuana y seguirán esta semana en Guadalajara y después en la Ciudad de México, para lanzar el programa de comercio exterior.

La mayoría de los 45 laboratorios que tienen 79 plantas en el país no contaban con una estrategia de exportación, pues la demanda y planeación del mercado público les generaba continuidad del negocio.

Si bien ha mejorado la comunicación con la Cofepris, de Alejandro Svarch, comparada con el primer periodo de la 4T, en la reunión que sostendrán los integrantes de la Amelaf en Guadalajara, el jueves próximo, asistirá la directora de Farmacia y Drogas de Panamá, su homóloga, junto con el embajador de ese país en México, Alfredo Oranges, para establecer el programa de comercio exterior que les permita exportar a Panamá y de ahí a República Dominicana.

El programa incluye aumentar la participación en los países de la Alianza del Pacífico (Chile, Perú y Colombia), por lo que también se han activado los contactos institucionales para transitar, de acuerdo con las leyes respectivas, a las autorizaciones de las entidades de farmacovigilancia de esos países, de manera que las plantas mexicanas puedan aprovechar el potencial que está subutilizado en México por sus costos altamente competitivos y productos de alta eficiencia (sobre todo biotecnológico, innovador en algunos casos y buena parte genérico), pues la mayoría de los fármacos o dispositivos han sido aprobados por la FDA, agencia con la que se retomó el contacto directo para trabajar en una “estrategia de fortalecimiento de la cadena de suministro”.

Evidentemente, la Cofepris podrá ser un gran aliado para facilitar la exportación de fármacos y dispositivos médicos elaborados en México, pero ello dependerá del abatimiento del rezago de autorizaciones que, con todo y marinos en la Cofepris y Aduanas, dista todavía para ser una realidad.

 

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