Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

17 Ago, 2018

De la buena intención del equipo de AMLO

Bueno, realmente es digno de reconocimiento y aplauso el equipo de Rocío Nahle, próxima secretaria de Energía y, Octavio Romero, próximo director general de Pemex, porque no están malintencionados, pero sí están mal informados y tienen un mandato de autosuficiencia que los torna difícilmente creíbles.

Las declaraciones del secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry, elogiando la intención de autosuficiencia, encierran un “good for you, I whish you can”, no porque no puedan poner a punto el sistema de refinación o construir una nueva refinería, sino porque requerirán de un gran apoyo del secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, para lograrlo.

Tratemos de hacer un aproximado con los datos disponibles: de las seis refinerías que tiene Pemex, que dirige Carlos Treviño (creo que apenas han iniciado las reuniones de transición que deberán trabajar el presupuesto de 2019), cinco están operando, pero con alguna clase de mantenimiento en plantas específicas en curso, y sólo Madero está detenida porque tiene en mantenimiento urgente la planta reformadora de naftas (crucial para refinar combustibles con el octanaje adecuado).

Entre 2016, 2017 y 2018, el aumento en la importación de combustibles que ha llegado a representar 75% del total consumido en el país, no se originó en una decisión caprichosa de parar el proceso de refinación de crudo, sino en la capacidad real que tiene Pemex para procesar.

La empresa estabilizó pérdidas y revisó las condiciones reales de operación y funcionamiento de cada planta (hoy si produce combustóleo no se lo vende ni a la CFE, de Jaime Hernández), de manera que debe cuidar la cantidad de crudo que se bombea a cada planta y, la capacidad que tiene para mandarlo a las reformadoras para producir gasolina, de lo contrario, comienza a producir sin el octanaje adecuado y producen más combustóleo.

Para 2019, el presupuesto estimado de operación del sistema de transformación industrial rondará los 90 mil millones de pesos, incluyendo salarios. De ese total, 36 mil millones se estiman invertir en mantenimiento (15 mil millones de pesos) y forma parte de la reserva que habla Nahle, y la jerarquización en donde se aplica es tan importante como definir qué plantas salen de operación en función de los diagnósticos disponibles.

Por ejemplo. Para estas fechas se suponía que Madero y Minatitlán deberían estar operando bien, pero al arrancar la primera se tuvo problema porque la refinadora no se había mantenido en ocho años, se postergó por prioridad y urgencia lo que es clave en el proceso de refino. Algo así pasó con Mina, la que está ahora operando normalmente.

Salina Cruz tuvo tres paros, dos por contingencia ambiental y otro por incendio, y Cadereyta, Salamanca y Tula han sido centrales que van a requerir aplicar recurso de mantenimiento.

Pretender aumentar el volumen de producción para cazarlo con la demanda es una buena intención, pero ni hay capacidad real en el sistema para alcanzarlo aun construyendo una nueva refinería en seis años, ni la habrá en condiciones rentables.

Urzúa deberá pensar cuánto quiere liberar de ingreso fiscal nacional del entero de impuestos y derechos de Pemex para que se subsidie el consumo de combustible.

El sistema, operando en condiciones de mantenimiento adecuado (con sus seis refinerías), tiene capacidad para procesar 850 mil barriles al día en este mes, que transformados generan 450 mil barriles de gasolina, diesel, turbosina (destilados), esto es un rendimiento de 57% a 59%. Ir más allá produciría combustóleo.

Le comparo: Costa del Golfo de Estados Unidos (Texas), donde se concentra más de 50% de la capacidad de refinación del país vecino, cuenta con 51 refinerías de funcionamiento con unidades ACDU con capacidad total de proceso de 9.7 millones de barriles en un dia, 81% de los cuales se encuentra en las instalaciones con capacidad de coque.

En Tula hay que acabar el tren de Coque, mejorar el sistema de disposición de lodos de Salamanca y Tula, mejorar el proceso de refino de Cadereyta. Salina Cruz está funcionando bien con sus dos trenes. Con estas inversiones podría subir unos 240 mil barriles día de crudo para llegar a un millón 300 mil barriles día de proceso de crudo y por ende, 600 mil de destilados.

El otro tema es el huachicol. El desafío ronda entre 25 mil y 30 mil barriles al día, pero el principal problema no es la merma del combustible, sino la afectación al sistema de distribución porque se ha elevado el costo operativo de entregar y distribuir el combustible. Hoy se consumen en México un millón 500 mil barriles diarios de destilados.

El equipo de AMLO dice que metiéndole dinero correcto, sube el proceso. Eso es lo que no parece lógico y, bueno, es la razón por la que Perry deseó suerte y éxito por la buena intención, porque el enfoque volumétrico de la época en que se procesaban un millón 200 mlil barriles diarios de destilados no sólo implicaba pérdida de dinero, sino descapitalización estructural del sistema de refino que décadas más tarde derivó en el cuestionamiento serio de su viabilidad económica.

Por ejemplo, si se metieran los un millón 600 mil barriles día que admiten las torres atmosféricas de crudo, simplemente se producirían los mismos 600 mil barriles diarios de destilados y el resto sería combustóleo, como en la época dorada donde no importaba cuánto le metías de contaminantes a la atmósfera.

DE FONDOS A FONDO

#CANACAR… El tema que ocupa a los 70 mil camioneros agrupados en la Canacar, que preside Enrique González, es lograr que sus prioridades en materia de seguridad y logística sean escuchadas y atendidas. Están invitando al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, al Foro Logístico 2018 de Puebla y del próximo titular de la SCT, Javier Jiménez Espriú.

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