Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

17 Abr, 2020

¿Fuga de capitales por México o por COVID-19?

Entiendo que es muy complicado, en un entorno de alta incertidumbre, el sostener que la salida de capitales que ha experimentado México entre marzo (dato conocido) y la primera semana de abril no se origina en el tono político ni en las decisiones que no ha tomado el presidente López Obrador y que esperarían los participantes de los mercados y los empresarios, sino en ajustes en los activos de portafolios bajo administración por parte de fondos de inversión globales, a quienes la crisis y la volatilidad los atrapó ilíquidos.

Esto último es clave. Hace unos días, Financial Times publicó una muy buena nota, indicando que el área de Banca de Inversión y Corporativos de BBVA informaba que habían salido de valores gubernamentales alrededor de siete mil millones de dólares (166 mil millones de pesos), el mayor monto desde que el Banco de México comenzó a publicar la tendencia por tipo de residente en 1994, lo que refleja que la tendencia que se inició a principio de año se estaba acelerando.

Aquí es donde no coincido. Si lo vemos como porcentaje del portafolio de extranjeros en valores gubernamentales de México, salió el 7% del portafolio de residentes externos y, ni con mucho, acumulado en el año, se compara con la salida de casi 25% que se observó en los activos bajo administración externa en 2008-9, o en 2015, cuando el retiro acumuló más del 12%.

En abril, de hecho, lo refleja el cambiario, se ha comenzado a estabilizar el retiro, supongo que, en parte, por el efecto de las medidas que implementó Hacienda, de Arturo Herrera, y el Banxico, al usar la permuta de valores gubernamentales de más plazo (bonos M, que fue lo que más se retiró en abril por cetes a menor plazo) y usar el swap de dólares con la FED para dotar de liquidez y orden al retiro.

Eso no quiere decir que no se vayan a ir o que se queden, sino que, en el agregado, México no es el país emergente que ha registrado más salidas de capital, pero siendo el sexto mercado más líquido y con libre convertibilidad, con la elevadísima volatilidad global y la necesidad de liquidez, es explicable la salida.

Sudáfrica, Argentina, Brasil, Rusia, Arabia Saudita, India, Indonesia y Corea han experimentado salidas elevadas, más que México, de inversión financiera. Según el EPFR, desde que la OMS declaró que el COVID-19 era pandemia y estaba diseminada en Occidente, se ha registrado una salida de casi 100 mil millones de dólares de mercados emergentes y, sin pensar en criterios políticos, fondos como Franklin Templeton, Natixis, Leg Masson, Vanguard y Dimension Global aceleraron el cambio de portafolio.

Los datos al cierre de marzo del Banco de México sí confirman que la salida de inversionistas extranjeros fue de 165 mil millones de pesos (liquidación de posiciones en bonos M), sin incluir la valuación ni el efecto cambiario. Venden porque no pueden vender ni Argentina ni Sudáfrica o Brasil, incluso.

¿Qué posibilidades hay de que regresen? En el entorno actual, difícil, porque sí hay miedo a que se sigan complicando las cosas en México, dado que no se tiene visibilidad de las acciones de política pública, y el fly to quality que impulsa la salida inicial, que se explica porque los fondos venden los activos más líquidos (México es un activo soberano líquido), en una segunda instancia se convierte en reasignación de portafolios.

Ahora. Mientras una calificadora de deuda mantenga al soberano en grado de inversión, se ve difícil que haya una salida similar a la de 1995 o 2009, pero es, sin duda, una de las principales vulnerabilidades del país cuando no hay confianza privada en el sector público.

El dato de marzo es el flujo de salida para bonos M más importante del que se tiene registro, pero coincide con el más importante flujo de salida de mercados emergentes. Según EPFR, de renta fija en marzo salieron 47 mil 600 mdd y, de renta variable, de 11,157 mdd.

¿Que la tendencia inició en enero y febrero? Pues no, porque esos meses el peso se revaluó y fue una inversión destacada por el diferencial de tasas, al grado de que se construyó un posicionamiento largo en pesos en el mundo, y la Fed no había tomado la decisión de tirar su tasa.

Eso ocurrió en marzo, se liquidó el posicionamiento largo en pesos, pues, con la volatilidad cambiaria, el diferencial de tasas ya no importó y fue el mes en que se contuvo la salida abrupta del mercado con la permuta de bonos para quitarles el riesgo de la tasa de interés a los inversionistas y facilitar la permanencia.

Se ha moderado la salida para abril, se han estabilizado relativamente los mercados financieros a nivel global y las tasas en México han tenido un regreso importante desde el punto máximo de 150 puntos base.

 

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