Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

5 Dic, 2022

Mercado de valores: legislar o desregular

 

 

La autoridad decidió modificar la normatividad del Sistema de Ahorro para el Retiro.

 

 

¿Tal vez ambos? Por lo pronto, ya no fue en este periodo ordinario. La reforma a la Ley del Mercado de Valores que pretendía disminuir el costo de colocar acciones y deuda y ampliar la oferta se pospone y, tal vez, no para el otro año. Mucho depende del gremio.

El incentivo sigue presente pues, ante la impresionante sequía de colocaciones de ofertas públicas iniciales o recurrentes y el constante desliste de emisoras en el mercado de valores de México, la Secretaría de Hacienda, que encabeza Rogelio Ramírez, realizó una revisión a fondo de los factores que podrían incentivar el mercado de valores. El problema es que, hacerlo como el gremio proponía, no necesariamente ampliaba la base de oferentes ni de demandantes.

Tampoco se integró la reforma porque los principales actores han tenido su propio objetivo y diluido la voz gremial agrupada en la AMIB, que preside Álvaro García Pimentel. No todo se perdió, pues la autoridad decidió “probar” con un interesante proceso de desregulación que podría incentivar tanto la oferta como la demanda, con la modificación publicada el 27 de septiembre del 2022, a las regulaciones del Sistema de Ahorro para el Retiro.

Las afores pueden invertir en “emisiones pymes” de deuda o renta variable, siempre y cuando la emisión no supere 70 millones de udis de manera individual y la empresa no esté ligada a un grupo y puede incluir, en caso de acciones, en OPIS y/o acciones de baja y mediana bursatilidad.

Los cambios al régimen de inversión de las siefores son sustantivos, porque permiten la automatización integral de operaciones, pero también exigen mayor certificación de los operadores y gestores de riesgos, sistemas claros de cumplimiento para facilitar derivados, ventas en corto, entrega contra pago y liquidación irrevocable de valores.

Se define con mayor claridad el conflicto de interés en las siefores de funcionarios y gestión de inversiones, algo que ha sido muy cuestionado desde hace 20 años por fondos internacionales.

Otro cambio relevante es que se establecieron reglas para llamadas de capital de estructurados y reglas claras para invertir en activos ASG (ambiental, social y de gobernanza), y limita la inversión en activo con expectativa de rendimiento o riesgo a un plazo menor o igual a seis meses.

Esto último es duro, quizá para la inversión en CKD, startup y fintech, por parte de los institucionales, pues una gran mayoría de estas alternativas no tiene visibilidad de rendimiento aun pasados 3 o 4 años, si es que lo consiguen.

En fin, lo que se pretendía para formar un sistema de emisión de deuda simplificada, que permitiera utilizar las capacidades de las bolsas para reducir el impacto de largos procesos de inscripción quedaron, por lo pronto, suspendidos porque a la autoridad no le encantó la dirección que tomó la propuesta inicial, que se derivó hacia fondos de cobertura de riesgo (hedge funds), donde, de nuevo, no se veía ningún aliciente para llevar al mercado accionario o de deuda a empresas nuevas, de menor tamaño y donde las opciones en favor del inversionista minoritario, no sólo de pantalón largo.

Le comento que todavía persiste la discusión para lograr que en el régimen de inversión autorizado se incentive en las siefores la toma de riesgo de pymes, y aunque hay quien considera que la eliminación de límites de inversión a entidades financieras reguladas, otros estiman que deberá lograrse un “cajón o porcentaje de 1.0 a 2.0% en activos pymes, con firmas mandatadas para atender el mercado primario, de manera que puedan ir formando ETF o fondos mutuos de renta variable o de deuda, para que alcancen un volumen interesante para las afores.

La verdad es que, a estas alturas de la discusión, nadie cuestiona una realidad. La demanda por inversión está fuertemente contendida en los Fondos de Inversión, pues más de 90% son administrados por grupos financieros bancarios, y éstos no tienen ningún incentivo para educar al inversionista y para ofrecer rendimientos positivos, ni siquiera en los fondos de deuda, pues con sólo tomar Cetes en el mercado o Bondes, le encajan al inversionista una tasa implícita tan elevada que el indefenso recibe tasa negativa siempre, y más cuando es un inversionista de menos de 10 mil pesos.

 

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube