Si hay una recuperación, debe ser sostenible

Este 22 de septiembre se celebra el primer aniversario de los Principios de la Banca Responsable (PBR), impulsados por la ONU y de los cuales, Banorte, único banco mexicano, es signatario fundador.

Justo en el marco de esta celebración, este martes en la madrugada se llevó a cabo el Foro Europeo de Inversiones Sustentables, en el que participó Carlos Hank González, presidente del Consejo de Administración de Grupo Financiero Banorte, en representación de la banca de América Latina.

Tomando en cuenta el desafío global que ha impuesto el covid-19 sobre la actividad productiva y la intermediación bancaria, planteó que la recuperación económica mundial posterior a la pandemia deberá estar basada en el desarrollo sostenible.

De acuerdo con el directivo, el sector financiero será clave en la recuperación poscovid, siempre que se consideren las dimensiones ambientales, sociales y de gobernanza corporativa. Reconoce que esto implicará una transformación en la forma de trabajar en la que participen todos los grupos interesados (stakeholders). “Si hay una recuperación, debe ser sostenible”, mencionó.

Los PBR son un marco de referencia mundial que permite a los bancos alinear sus estrategias, operaciones, productos y servicios a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Desde que se acordó su ejecución se han adherido 185 bancos de 49 países, los cuales administran 47 millones de millones (trillions en inglés) de dólares.

A partir de la firma de los PBR, Banorte ha sido pionero en México en instrumentar un sistema de gestión de riesgos socioambientales que se busca implementar en todo el sector financiero, por lo que está trabajando con las autoridades regulatorias y otras instituciones bancarias para impulsar su adopción y facilitar el camino a las instituciones que decidan firmar los PBR.

Carlos Hank participó en el panel Principles for Responsible Banking: One year on con representantes de tres instituciones bancarias internacionales, Christos Megalou, CEO de Piraeus Bank, de Grecia; Johan Torgeby, CEO de SEB, de Suecia, y Lidia Simonova, presidenta del Consejo de Center-Invest, de Rusia.

• DE FONDOS A FONDO

#ProhibirxProhibir. La política prohibicionista para que menores de edad no puedan comprar alimentos ni bebidas azucaradas que se definen como “de alto contenido calórico” llegó a Baja California Sur, de Carlos Mendoza, y a Sinaloa, de Quirino Ordaz.

En el caso de Baja California, la diputada Mercedes Maciel busca prohibir estos alimentos en un perímetro cercano a las escuelas, actividades recreativas, de esparcimiento y culturales, y va más allá. Quiere que esta prohibición se extienda a productos con endulzantes artificiales, ¡lo oyó bien!, incluye Stevia, Splenda o Canderel.

En Sinaloa, la diputada Graciela Domínguez, cabildea esta iniciativa para aprobarla antes de que concluya el año.

Más allá de que las afectaciones económicas a pequeños comercios, como lo ha dicho la Anpec, de Cuauhtémoc Rivera, y la ANPRAC, de Jorge Terrazas, nadie ha propuesto un programa serio y consistente para incentivar hábitos saludables en la población. Lo más fácil, como en las tareas, será siempre “copiar y pegar”.

Sin embargo, ayer ocurrieron dos hechos: el presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA), Juan Cortina Gallardo, advirtió la problemática que enfrenta la Agroindustria de la Caña de Azúcar del país, la cual ya no sabe qué hacer con sus excedentes en un mundo con sobreoferta, y puso sobre la mesa una realidad: el consumo de azúcar de caña por habitante en México ha disminuido 36% en los últimos 25 años y en ese lapso ha crecido el sobrepeso, la obesidad, la diabetes y otras enfermedades, particularmente a partir de la década de los noventa.

Justo en este terreno, del no al prohibicionismo y la sobre regulación, se sumó la postura expresada al presidente López Obrador por el CEO de Coca-Cola, James Quincey: #SumemosJuntos para apoyar un México más saludable, donde cada persona tome decisiones de consumo informado.