Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

14 May, 2019

¿Y si dejamos de ser fatalistas?

El refinanciamiento del crédito sindicado y las dos líneas revolventes que vencen entre octubre de este año y marzo de 2020, es buena noticia para Petróleos Mexicanos, que dirige Octavio Romero, así como para los bancos globales y las finanzas públicas.

Esto apunta en la dirección correcta.

Lo importante del sindicado que anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador, es que fue negociado a una tasa que refleja el nuevo riesgo Pemex. Los términos son razonables para el mercado corporativo, dado que la tasa se situó 100 puntos base por arriba de la tasa del año pasado y 50 puntos base más que la última colocación a la que emitieron.

Cada uno de los tres bancos globales (JP Morgan, representado en México por Felipe García Moreno; HSBC, presidido y dirigido por Nuno Matos de Macedo, y  Mizuho, representado por Jerry Rizzieri, presidente y director general), tomó la tercera parte del monto y se espera que los otros cosuscriptores pronto se suban al sindicado por la forma en la que se integró.

De los ocho mil millones de dólares, seis mil 500 mdd se van a repagar el crédito sindicado (dos mil 500 mdd) y las dos líneas revolventes (con montos cercanos a dos mil mdd cada una) que vencen en este 2019 y 2020 y, el resto aumenta y el crédito revolvente comprometido, pero no fondeado en mil 500 millones de dólares.

Éste es el componente de dinero nuevo, que es muy bueno para las calificadoras porque no cuenta para deuda si no se ejecuta, pero si Pemex llega a tener un problema de caja o tensión financiera, porque la cosa se pone fea, puede disponer de la línea para cubrir la contingencia y su límite es hasta por mil 500 millones de dólares adicionales.

En cuanto a la sindicación, los bancos originadores comparten la comisión y normalmente cada banco se queda con un porcentaje de exposición razonable (500 millones de dólares cada uno podría ser óptimo), en tanto que el resto de los bancos del sindicado original, normalmente sustituyen por cantidades similares a las originales el crédito viejo por el nuevo, por la mejora en términos de tasa y plazo.

Preguntando entre suscriptores, se piensa que será una sindicación exitosa porque está bien fijado el precio, refleja el riesgo adicional de Pemex y  aun cuando no tiene garantía explícita del gobierno federal, el compromiso manifiesto de apoyarle financieramente y reducir su carga fiscal en este 2019 en otros mil 500 millones de dólares (30 mil millones de pesos), firmados ayer por la Secretaría de Hacienda, de Carlos Urzúa, da cuenta de la forma en que están abordando la problemática de Pemex.

Resumo: con los recursos de ayer, Pemex cancela créditos por vencer, prueba que puede colocar dinero nuevo a mejor tasa pese al cierre del mercado, la nueva capacidad de endeudamiento no cuenta para deuda si no se ejecuta, y al ser créditos de liquidez, se convierte en buena noticia para mitigar la evaluación de riesgo de Pemex a favor de posponer cualquier degradación, incluyendo una del soberano.

Lo que sí, es que hasta ahora, tanto Romero como Urzúa, han operado el balance de Pemex, pero no han mejorado los resultados, aún con los dos datos positivos: desendeudamiento neto de 18 mil millones de pesos en los primeros cuatro meses del año y caja positiva en abril de 13 mil millones de pesos.

¿Por qué?, porque cambian deuda de corto plazo para mejorar el perfil, pero eso no genera valor ni ingresos. La reducción de impuestos de Pemex por actividad de extracción sólo creará valor cuando crezca la producción y deje de caer la reserva 1P de forma evidente.

Además, el soberano pierde dinero (otros 30 mil millones de pesos), pero le pasa oxígeno a su principal pasivo (Pemex) para que no se exponga el grado de inversión de ambos.

¿Qué falta? Que el plan de negocios sea creíble: invertir mejor en el negocio para generar ingresos por ventas, gastar menos en improductivos y generar mejores resultados visibles y comprensibles. Lo otro es la refinería, pero… es el elefante.

 

DE FONDOS A FONDO

#Punto y aparte: Hay un nuevo actor en el sector de energía: Marcelo Ebrard, el canciller.

Nadie entiende qué hacía en la mañanera, ¿por qué Urzúa estaba tan serio?, y más aún, ¿por qué Rocío Nahle enmudeció?

Por cierto, notó que nadie se refirió a ella al saludar en sus discursos, ¿sería que no estaba convocada? Si usted entiende esa escena, le agradezco me la comente.

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