Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

9 Jul, 2020

Un T-MEC poco importante para el turismo

Aunque no faltan quienes le buscan “tres pies al gato”, es poco el impacto que tendrá el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en el turismo.

Primero, no se incluyeron los temas aéreos y se perdió la oportunidad potencial de aumentar la conectividad aérea para México, como se hubiera logrado con un trato paritario de Estados Unidos, como el que le da a Canadá.

El gobierno de la Unión Americana habría aceptado que, como sucede con los canadienses e incluso entre México y Canadá, las aerolíneas determinaran libremente las rutas entre ambos países.

Hoy se hace en pares de aerolíneas de cada país por destino y lo adicional se negocia; no se ha abierto por temor de las aerolíneas mexicanas a la competencia.

Ahora que varias de ellas tendrán que concentrarse en menos destinos por el covid-19, hubiera sido un buen trato que las aerolíneas estadunidenses fijaran libremente sus rutas; pues ello aumentaría el número potencial de asientos disponibles.

También hubiera sido interesante negociar quintas libertades, para que una aerolínea de un tercer país pudiera, por ejemplo, bajar en un destino de la Unión Americana y de allí subir y bajar pasajeros para terminar en una ciudad mexicana y viceversa.

El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá se firmó por seis años, pues se debe refrendar, así es que, como las inversiones turísticas son de largo plazo y es posible concluir el tratado en ese periodo, tampoco ofrece ventajas sustanciales.

Como sostiene John McCarthy, socio de Leisure Partners, el T-MEC lanza, fundamentalmente, una señal de confianza para los inversionistas y establece mecanismos más expeditos para la solución de controversias.

Expertos en derecho, como Rosario Graham, están analizando las consecuencias jurídicas para el turismo, por ejemplo, en los protocolos y las certificaciones para empresas del sector.

También hay implicaciones relevantes en la parte laboral, pero estarán concentradas en empresas exportadoras mexicanas de sectores como el automotriz y de la minería.

Una situación similar aplica para los temas de dumping, que muchas veces son utilizados como armas proteccionistas cuando Estados Unidos ya no puede competir por la razón que se quiera.

Más allá de eso, nadie debería pensar que el T-MEC será una panacea para el turismo.

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DIVISADERO

CAPÍTULO 11. Mientras los directivos de Aeroméxico siguen trabajando horas extra para reestructurar sus finanzas y salir adelante de la crisis provocada por el covid-19, los servicios se van restableciendo.

El presidente López Obrador no eligió a la aerolínea bandera de México para volar a Washington, aunque sí a su socio Delta, que tiene su hub en Dallas, de donde conectó a Washington DC.

Aeroméxico ya está volando desde la Ciudad de México a ocho destinos en ese país; vienen cuatro más el 31 de julio y ya está en el sistema Seattle, para el 30 de septiembre.

Desde Monterrey reanudan en el cambio de mes y desde Guadalajara ya están operando cuatro rutas.

Además, los salones Premier de las tres ciudades ya están operando, así es que las actividades están en marcha y creciendo.

 

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