Edgar Amador

Edgar Amador

10 Feb, 2020

¿Extrañaremos la guerra China vs. EU?

Los caminos del señor funcionan de manera misteriosa, gustan decir quienes profesan alguna religión. La economía moderna funciona más o menos igual. Por eso, mientras que China, algunos sectores de Estados Unidos, la manufactura alemana, los proveedores de la industria china y otros más sufrieron en carne propia el enfrentamiento comercial entre las dos mayores economías del mundo, el peso mexicano fue, probablemente, el insospechado ganador de esta bronca.

Los dos años que duró la trifulca comercial entre China y Estados Unidos tuvieron una consecuencia muy severa sobre los flujos comerciales globales, los cuales, tras crecer seis por ciento en 2017 y cuatro por ciento en 2018, casi se estancaron en 2019, avanzando un magro uno por ciento, la tasa más baja desde la terrible crisis del 2009, y la cuarta tasa de crecimiento anual más baja de la historia moderna. Es más, ha sido la tasa más baja de la historia sin que medie una recesión económica.

Que el crecimiento del comercio global se haya casi detenido implica serias consecuencias para las economías modernas, especialmente aquellas que están muy abiertas al exterior, como la de México, Alemania, Singapur, Taiwán, Corea y otras similares. Con muy pocas excepciones, como México y Vietnam, esas economías fueron las que más sufrieron por el enfrentamiento comercial entre los dos gigantes económicos globales.

La reducción en el comercio China-Estados Unidos fue verdaderamente significativa. Las compras de China hacia Estados Unidos se redujeron en 59 mil millones de dólares, mientras que las compras de Estados Unidos hacia China cayeron 42 mil millones de dólares, mostrando lo que, de manera repetida, escribimos aquí en los últimos dos años: que el coloso americano tenía más que perder en este enfrentamiento contra el gigante asiático. China dejó de comprar a EU más de lo que éste compraba a China.

Como resultado de esto, la parte del comercio exterior que China representaba, se redujo sensiblemente de poco más de 17%, a cerca de 15 por ciento. Dos puntos porcentuales no parecerían pesar demasiado, pero el tamaño del mercado estadunidenses es tan grande que una décima de punto porcentual ya es significativa.  Muchos países celebran cada décima que logran conquistar en ese país, con mucho el mayor del mundo.

Por ello, es importante saber que de esos aproximadamente dos puntos porcentuales que China cedió en el mercado estadunidense, poco menos de un punto y cuarto fue ocupado por el socio más hábil y oportunista que tienen los Estados Unidos en años recientes: México.

Si bien, en términos relativos Vietnam fue el país cuyas exportaciones crecieron más hacia Estados Unidos al reducirse las compras de este país hacia China, en términos absolutos, la industria y los productores mexicanos fueron los grandes ganadores de la pendencia comercial entre los dos gigantes.

Ganar poco más de un punto porcentual del enorme pastel que representa el mercado externo de los Estados Unidos no es cualquier cosa y los productores mexicanos lo lograron de manera súbita, en un periodo muy corto de tiempo: los dos años que ha durado el enfrentamiento comercial China-Estados Unidos.

 

Por lo anterior, a nadie debe de sorprender que el peso mexicano sea una de las monedas que mejor desempeño ha tenido frente al dólar estadunidense en los últimos veinte meses. De manera insospechada, el mejor aliado del Banco de México ha sido la guerra comercial China vs. Estados Unidos.

Por ello cabe preguntarnos si el acuerdo parcial, recientemente firmado entre los dos colosos económicos del mundo, no tendrá una víctima colateral inesperada. ¿La tendencia reciente del peso mexicano puede revertirse en el mediano plazo si los flujos comerciales China-EU se normalizan respecto a la situación preguerra comercial? Si es así, vamos acabar extrañando la trifulca. La economía funciona de manera misteriosa.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube