José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

4 Jul, 2019

De partidas a partidas secretas

El último presidente que más ejerció la partida secreta fue Carlos Salinas de Gortari, donde los números van y vienen de cuánto fue lo que realmente utilizó en aquel entonces el jefe del Ejecutivo. Que si fue para aprobar sus reformas, que para convencer a la oposición, que para cambiar gobernadores, que para cabildear el TLC, que para fortunas personales. El destino de la partida secreta es tan incierto, que puede crearle cualquier leyenda.

No en balde el presidente López Obrador pide que no lo comparen con Salinas, y aprovechando para pegar de hit al innombrable, añade: Más respeto, por favor.

Lo cierto: la partida secreta de los presidentes, a pesar de su pésima fama y oscuridad, ha permanecido y es una enorme tentación de cualquier jefe del Ejecutivo para, en el mejor de los casos, poder cabildear. Se presta a corrupción, así como negocios y alianzas políticas oscuras utilizando el dinero público, sin controles, sin permisos, sin rendir cuentas.

ZEDILLO LA DESAPARECE; FOX LA REVIVE

Zedillo prácticamente la desapareció y la dejó en ceros, por allá de 1998 (claro, después de haberla utilizado), la partida secreta volvió a revivir inmediatamente al sexenio siguiente, con Vicente Fox. Fue en el último año de su mandato, cuando Fox regresó la partida secreta. Ah, pero argumentaron, para un fin mayor, el de la seguridad.

En aquel entonces, se dijo que las partidas secretas del artículo 74 de la Constitución Política, que se incluían en el Presupuesto de Egresos, únicamente podrían destinarse a gastos de seguridad nacional y estarían sujetas a la fiscalización de la Auditoría Superior de la Federación.

Llegó Felipe Calderón, con su guerra frontal al crimen organizado. La partida presupuestal utilizada fue la 33701, que venía etiquetada para Seguridad Pública y Nacional.

 Y según distintas investigaciones, la partida, obvio, tenía fines confidenciales. Regresamos a lo mismo, el objetivo era claro: combatir la inseguridad, pero el uso fue totalmente discrecional.

EL CONTROVERTIDO ARTÍCULO 61

Ahora, con la aprobada Ley Federal de Austeridad Republicana, apoyada por Morena y el gobierno de la 4T, vuelve el tema de la partida secreta.

La oposición dijo que López Obrador quería utilizar una reedición de la partida secreta, pues en el artículo 61 de la nueva Ley Federal de Austeridad Republicana viene que “Los ahorros generadores como resultado de la aplicación de dichas medidas (de austeridad) deberán destinarse, en los términos de las disposiciones generales aplicables, a los programas del ejecutor del gasto que los genere. Por cuanto hace al Poder Ejecutivo federal, dichos ahorros se destinarán a los programas previstos en el Plan Nacional de Desarrollo o al destino que por decreto determine el titular”.

Y aquí se armó el debate, cuando el artículo 61 menciona que los ahorros podrán tener el destino que por decreto determine el titular, es decir, López Obrador y su gobierno. El Presidente rechaza el uso de cualquier partida secreta, y señala que Hacienda tendrá los instrumentos para dar cuentas de todo peso y centavos que se gaste.

 

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