4 escenarios a los que se puede anticipar México ante una crisis por el Covid-19

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Según la OMS, en el siglo XXI ha habido 4 epidemias previas al COVID-19, las cuales han destruido varios mitos. Foto: Pixabay
Según la OMS, en el siglo XXI ha habido 4 epidemias previas al COVID-19, las cuales han destruido varios mitos. Foto: Pixabay

CIUDAD DE MÉXICO.- Vivimos hoy en una época que podemos calificar de “eventos previsibles inesperados”. Los científicos nos advierten sobre los impactos de las epidemias y del cambio climático, pero nos toman desprevenidos cuando suceden.

Según la OMS, en el siglo XXI ha habido 4 epidemias previas al COVID-19, las cuales han destruido varios mitos: que podemos evitarlas, que solo afectan a “otros” países o que sus impactos pueden ser limitados. Lo mismo aplica para los eventos climatológicos.

Una sociedad demuestra su fortaleza cuando logra justicia y sostenibilidad, no cuando todo va bien, sino cuando todo va mal. ¿Aprovecharemos esta oportunidad para crear un mejor futuro para todos (y no solo para nosotros)?

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Lo que hemos aprendido aplicando escenarios a la planeación estratégica nos puede ayudar a dar respuesta a eventos como la pandemia del COVID-19. Estas cuatro estrategias nos pueden servir para anticiparnos.

  1. Monitorear tendencias emergentes. Nadie espera que un piloto vuele sin radar. Sin embargo, planeamos con un espejo retrovisor, evitando pensar en lo desagradable. Entre enero y agosto de 2019, se llevó a cabo un ejercicio llamado Crimson Contagion, que anticipó 7.7 millones de casos hospitalizados en los EE. UU. y 586,000 muertes causadas por una influenza respiratoria sin vacuna. Sin embargo, cuando apareció el COVID-19 a finales de 2019, no se reconocieron sus implicaciones y se perdió una oportunidad de oro de anticipar y mitigar sus consecuencias.

Lección 1: Establecer mecanismos de anticipación del futuro, y hacerles caso, aun cuando no nos gusta lo que nos dicen.

  1. Construir sistemas físicos, sociales e institucionales resilientes. Hay que prepararse para las consecuencias a corto plazo de los eventos catastróficos. La primera consideración es proteger la capacidad de respuesta del sistema de salud contra una saturación de la demanda que puede hacerlo colapsar. La mayoría de los expertos le dan prioridad a proteger el sistema de salud, pero el parón económico derivado de proteger la salud debilita la economía. Después de la crisis financiera del 2008, la Reserva Federal de Estados Unidos estableció un programa de pruebas de estrés para los bancos. ¿Deberían las empresas, frente a lo previsible inesperado, conducir pruebas de estrés?

Asimismo, las redes de protección social son inadecuadas para enfrentar eventos de esta magnitud. No se trata solo de proteger a las élites; se trata de que el 60% del empleo en México está en la economía informal. ¿Estamos preparados para proteger no solo a los sus accionistas, sino también a los empleados? ¿Qué sucede con las nuevas formas de trabajo de la gig economy, como los choferes de Uber?

Lección 2: Contar con reservas médicas, económicas, y sociales que lleven a una sociedad resiliente.

  1. Hacer inversiones “robustas” al largo plazo: No controlamos el futuro, sin embargo, podemos hacer inversiones sociales y económicas a largo plazo que nos lleven a un mejor futuro. Los momentos de crisis pueden ser oportunidades de soñar con el futuro que queremos y comprometernos con lograrlo.

Es probable que la crisis transforme la economía, el desafío es hacerla más humana. Se reducirá la dependencia de cadenas de valor globales; comprar, trabajar y aprender a distancia será más común; y tecnología conectará a comunidades con capacidades y mercados globales. Sin embargo, estas mismas capacidades tecnológicas pueden llevar a un mundo más fracturado, menos privado y dominado por unas pocas megaempresas.

La respuesta deberá ser multisectorial. Requeriremos invertir en las capacidades y economías necesarias para el futuro. El sistema educativo deberá educar a los alumnos no solo en competencias duras como ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, sino también en competencias suaves como empatía, compromiso cívico, trabajo en equipo, creatividad y espíritu emprendedor.

Lección 3: Juntos podemos encontrar en los momentos de crisis un retorno a los principios fundamentales de una sociedad más justa y digna.

  1. Apostar por oportunidades que creen un futuro mejor. El COVID-19 subraya la necesidad de invertir en los negocios del futuro. Los avances tecnológicos amenazan con reemplazar a los seres humanos en procesos productivos, pero también pueden abrir las puertas a las comunidades marginadas a una nueva forma de trabajo más humanista, basada en la creatividad del ser humano, fortaleciendo y aprovechando la iniciativa y creatividad humanas.

El grueso de la inversión corresponde a empresas, emprendedores e inversionistas de impacto del sector privado. Su responsabilidad es tomar riesgos buscando oportunidades de inversión, aunque no sean exitosos en todos casos y tengan que pivotar hacia otras inversiones.

Lección 4: Crear negocios que usen la tecnología para potenciar al ser humano, no para reemplazarlo.

En 1947 Albert Camus publicó La Peste. El héroe de la novela, el Dr. Bernard Rieux, identificó la plaga pero fue ignorado porque no les convenía a las autoridades tomarlo en serio. Después, se dedicó a curar pacientes porque esa era su vocación. Todos podemos aprender del Dr. Rieux y hacer mejor nuestro trabajo para mejorar la sociedad en que vivimos.

Escrito por: Richard Wells Viesca, profesor de EGADE Business School
 

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