¿Por qué las calificaciones de la escuela no son tan importantes en la vida adulta?

CIUDAD DE MÉXICO.- De acuerdo con Angela Duckworth, fundadora y CEO de Character Lab, el contraste o énfasis sobre lo que un joven puede aportar al mundo no se mide con sus calificaciones.

Y eso incluye las pruebas de coeficiente intelectual, porque estas son mediciones estandarizadas.”

Como parte del inicio del Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE), organizado por el Tecnológico de Monterrey, Duckworth habló sobre cómo cierto enfoque en la educación de los niños debe cambiar.

Si bien, son necesarias las calificaciones en las escuelas, no lo son todo.

Cuando pensamos en quienes son nuestros hijos, y todo lo que pueden contribuir al mundo, nos queda claro que esos exámenes no son el reflejo de todo lo que son.”

Las evaluaciones no predicen todo lo que podemos desempeñar en la sociedad.”

Para la especialista en educación, es importante poner énfasis en el carácter. La clave está en cómo construirlo desde niños. Angela Duckworth señala que no naces con un carácter que nunca cambia. A lo largo de nuestras vidas lo desarrollamos. ¿Pero cómo?

Son tres factores los que componen el carácter:

Mentalidad. Es la creencia que tenemos sobre cómo funciona el mundo.
Las habilidades son diferentes. Son cosas que practicas y que tardan en desarrollarse. Son estrategias y hábitos.
El contexto en que vives. Nuestras circunstancias físicas y sociales.

Todo eso se une en el carácter y el contexto lo fomenta. “Es el trabajo de un padre o educador, crear el contexto que animen a las habilidades que ayudan al desarrollo de carácter”.

Lo que tienen en común los genios, es no abandonar las tareas, por buscar cosas nuevas o cambios. Se distinguen por la perseverancia”, señala la especialista.

Para Angela Duckworth el cerebro es como un músculo que sí puede crecer y que no terminas de cambiar, o hacerte más inteligente. No se detiene con la llegada de la adolescencia.

De hecho nunca se termina. A todos nosotros nos queda algo de plasticidad, sobre todo en tiempos difíciles, porque nos queda un motivo para ponernos de pie y seguir intentando.”

Por último, habló sobre las habilidades, las cuales, no nacemos con ellas, tenemos que desarrollarlas.

Por ejemplo, está la habilidad de practicar, que nadie nace sabiendo cómo estudiar o practicar. Además, la practica requiere del fracaso y lo que aprendemos de fallar.