Bosco de la Vega no renunciará a candidatura

Tras una ríspida reunión con empresarios que integran el Consejo Mexicano de Negocios, a quienes pretendió convencer de que voten por él para presidir el Consejo Coordinador Empresarial, Bosco de la Vega sabe que es una contienda muy difícil de ganar.

De la Vega, expresidente del Consejo Nacional Agropecuario, asegura que, pese a esta ríspida reunión y el gran peso que tiene el CMN en el CCE, porque agrupa a las empresas más grandes del país, seguirá adelante con su campaña hasta fines de febrero y se mantendrá muy activo en medios, reiterando que su postura no es la de confrontación abierta con el gobierno, pero tampoco de sumisión, que está convencido de que es necesario un cambio en la representación empresarial y en la defensa de México y del sector privado.

Su contrincante, Francisco Cervantes, expresidente de la Concamin, mantiene una estrategia totalmente distinta. Ha decidido no aparecer en medios para no ahondar las diferencias públicas al interior del CCE; también se reúne con organismos empresariales y esperará a que se realice la Asamblea del CCE, el próximo 2 de marzo, en la que se elegirá al sucesor de Carlos Salazar.

Lo que se da por un hecho es que Cervantes tiene ya los votos del CMN, de la ABM, la AMIS, la Concanaco y, evidentemente, de la Concamin, mientras que De la Vega tiene el del CNA y —se afirma— el de la Coparmex, aunque ninguno de los siete organismos que votan han manifestado públicamente a qué candidato prefiere.

Si algo está evidenciando esta contienda es la urgencia de un proceso más democrático en el CCE para la elección de su dirigente, porque es un absurdo que participen 14 organismos, pero sólo siete tienen derecho de voto, lo que, evidentemente, le da un gran poder al CMN, que han preferido en estos tres últimos años del sexenio un candidato que no se enfrente al gobierno.

CEEG ADVIERTE SOBRE RIESGOS DE REFORMA ELÉCTRICA

Y, desde luego, uno de los grandes y primeros retos que enfrentará el próximo Presidente del CCE es la reforma eléctrica, con la expectativa del sector privado de que se pueda descafeinar, como sucedió con la reforma vs. outsourcing.

Ayer participó en el parlamento abierto Alberto de la Fuente, presidente del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG), que agrupa a las principales empresas extranjeras en México.

De la Fuente, quien conoce muy bien el sector energético porque es presidente y CEO de Shell en México, advirtió sobre los riesgos que implica la reforma eléctrica, como es una menor competitividad para el país, dificultad para cumplir con acuerdos internaciones sobre el medio ambiente, obstáculos para futuras inversiones y salida de empresas que ya están en México si no pueden cumplir con sus metas de reducción de emisiones y transición de combustibles fósiles a energías limpias, lo que, evidentemente, afectará la economía y el empleo.

De la Fuente exhortó a los legisladores a que modifiquen la iniciativa de reforma eléctrica, pero a quien realmente tienen que convencer es al presidente López Obrador, quien no parece escuchar a nadie, a pesar de los exhortos no sólo de empresarios, sino del gobierno de Estados Unidos, como ha sido evidente en las visitas de la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, y del enviado sobre clima, John Kerry.