Opinión del experto

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6 Abr, 2021

Tecnología y orden global

 

Por Gonzalo Almeyda*

 

La lucha por la hegemonía en el siglo XXI se resolverá en el campo del liderazgo tecnológico, particularmente en la inteligencia artificial y la ciencia de datos.

Los indicadores muestran que nos encontramos en una nueva era bipolar, con una notoria disparidad entre las dos superpotencias y el resto del mundo: China y Estados Unidos concentran 90 por ciento de las 70 principales plataformas digitales, 78 por ciento de las patentes de inteligencia artificial y 75 por ciento de la computación en la nube. Ningún otro país puede competir por el dominio global.

No se trata únicamente de una carrera tecnológica, sino de una competencia geopolítica en toda regla. Mientras los científicos y emprendedores buscan desarrollar las aplicaciones más avanzadas y ampliar las fronteras de la tecnología existente, los gobiernos presionan por obtener y controlar el acceso al recurso más valioso de la era digital: los datos.

En 2020, se generaron 44 zettabytes (mil millones de terabytes) de datos, de los cuales China y Estados Unidos generaron alrededor de 20 por ciento cada uno. Se estima que la esfera global de datos se cuadruplicará de aquí al 2025, año en que China superará a Estados Unidos y concentrará el 27.8% de la generación de datos.

Actualmente, el frente geopolítico más visible de la carrera tecnológica son las controversias en torno a la participación de la empresa china Huawei, que concentra el 31 por ciento del mercado global de equipos de última generación, en la expansión de las redes 5G alrededor del mundo. Estados Unidos presiona a sus aliados para marginar al gigante asiático, alentando preocupaciones de privacidad y seguridad nacional, al tiempo que China ofrece financiamiento y vacunas contra covid-19 a cambio de sortear estas restricciones. Como consecuencia de esta intensa competencia, se perfila un mundo crecientemente fragmentado, con cada superpotencia buscando garantizar su acceso a insumos, datos y mercados.

Todos los países deberán tomar decisiones de alineación estratégica ante los cambios tectónicos que la competencia tecnológica está provocando en el tablero global.

La intensa competencia bipolar plantea desafíos y ventanas de oportunidad. México tiene condiciones estructurales para beneficiarse de la relocalización de las cadenas globales de valor; sin embargo, para cosechar los beneficios de nuestra posición estratégica es necesario ofrecer condiciones propicias de infraestructura, certeza jurídica y capital humano.

La competencia por el dominio tecnológico tendrá impactos decisivos en la organización de las sociedades y en la vida de los 7,730 millones de habitantes del planeta. Las tecnologías emergentes tienen el potencial de erradicar el hambre, evitar pandemias y detener el cambio climático, pero también de generar profundas crisis de desempleo y cimentar regímenes autocráticos.

Que la tecnología se convierta en amenaza o en soluciones dependerá de las decisiones que adopten gobiernos, empresas e individuos sobre cómo utilizarla. Éste es el mapa que le propongo que exploremos juntos en este espacio editorial en Excélsior.

 

                *Profesor de geopolítica y relaciones internacionales en el Tecnológico de Monterrey.

 

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