La desesperación de Nahle

La secretaria de Energía, Rocío Nahle, se encuentra arrinconada luego de que se hizo evidente que generó una falsa expectativa en cuanto a la velocidad, costo y dimensión de la refinería de Dos Bocas. El primer balde de agua fría lo recibió de los cuatro consorcios invitados que optaron por no participar en el proyecto como estaba planteado. Hay varios testimonios de la molestia del Presidente al respecto y de ahí viene la prisa que la llevó a presionar a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) para que le otorgue el permiso para comenzar a construir, saltándose estudios mínimos de impacto ambiental. De ahí la aclaración que hizo el director de ASEA, Luis Vera Morales, en cuanto a que la Secretaría de Energía únicamente está autorizada para hacer estudios.

La presión sobre Luis Vera Morales es inmensa. Sin embargo, actuó de manera estratégica y con responsabilidad. En caso de que lo obliguen a renunciar, lo hará con toda la credibilidad y legalidad en la mano y cuando vengan los problemas en la obra será reivindicado y, por otro lado, si logra mantenerse, encabezará una entidad muy fuerte y con mucha credibilidad técnica que le permitirá resistir cuestionamientos en un sector de alto riesgo e impacto. Además de por medio va el prestigio no sólo del titular de la ASEA sino de todos sus miembros, y es que al establecer un escenario muy probable en el que un huracán o tormenta anegue el terreno y el agua rebase las fosas de contención provocando un incidente grave, la Sener podría argumentar que fue autorizada por ASEA y desplazar así la responsabilidad de la crisis. Francamente considero que lo mejor que podría pasar con la refinería es que el terreno se inunde en los siguientes meses y ése sea el pretexto para cancelar de manera decorosa una obra que hace parecer al tren México-Toluca como un portento de eficiencia en el manejo de recursos. Estoy seguro de que en varias áreas del gobierno federal celebrarían la cancelación de dicho proyecto, aunque no sea políticamente correcto decirlo. 

MATEMÁTICAS VS. IDEOLOGÍA 

En el afán de la austeridad en muchas dependencias se ha hecho cirugía con machete y eso ha ocurrido en el IMSS, una entidad que tiene un presupuesto asignado de 746 mil 738 millones de pesos, lo que implica más que lo asignado a Hacienda, Gobernación, Defensa, Agricultura, Comunicaciones y Transportes y Educación juntas. En su renuncia, Germán Martínez Cázares menciona: “en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el cargo que el encargo”. Al leer la renuncia queda claro que Martínez Cázares es un político profesional y tiene razón en varios de sus señalamientos en cuanto a la necesidad de que se tenga mucha sensibilidad con pacientes cuya vida está en peligro por errores y torpezas. No obstante, me parece que es prioritario que se acoten las aspiraciones a la realidad de los números en obras como el aeropuerto de Santa Lucía, refinería de Dos Bocas, Tren Maya y, por supuesto, en cobertura y servicios de salud.

Sin solidez en las finanzas públicas, no hay discusión, es decir, sin barco no se puede discutir a dónde navegar. En ese contexto, me parece positivo que el Presidente haya optado por respaldar a la Secretaría de Hacienda.