¿Qué es, finalmente, gobernar?

La pregunta del título la empecé a plantear —desde poco antes de la toma de posesión del actual gobernante— a los amigos con los que me reúno con cierta frecuencia para, además de disfrutar una buena comida y mejores caldos que la acompañen, platicar del tema que aquél deja ver: ¿Qué es gobernar (en las condiciones actuales)?

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Los meses transcurridos desde aquel 1 de diciembre del año 2018, el tema ha sido recurrente; a veces lo tocamos por no tener mejor tema qué discutir y en otras, las más, por la más reciente ocurrencia del gobernante y sobre todo, por sus consecuencias para la economía y el mejor futuro de este sufrido país.

Hoy, dado el largo rosario de torpezas y desatinos en los cuales este gobierno ha incurrido, no únicamente en el manejo de la pandemia que nos golpea sino también, por lo que hemos visto y leído de nuestro desempeño en la reunión de la OPEP y la OPEP+ y la posterior del G20, grupo que coincidentemente hoy encabeza Arabia Saudita.

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La pregunta del título nos ha servido para desempolvar viejas ideas y estilos de gobernar, desde los años de Díaz Ordaz y Luis Echeverría a la fecha; además, tener experiencias de vida compartidas —el ‘68, la ida al campo durante algunos años y luego la reclusión en Lecumberri—, y el trabajo profesional posterior relacionado con el campo, el desarrollo y el aprovechamiento de la apertura económica y la incorporación a la globalidad, nos ha permitido sostener discusiones interesantes sobre el tema del título.

Al hacer un balance de lo discutido, pudimos llegar a una respuesta la cual, por su simplicidad, a no pocos podría parecerles una verdad de Perogrullo lo cual, no únicamente no rebato sino que me parecería que quienes así opinaren, tendrían razón. Esto último, en modo alguno significaría que estuviéremos equivocados. 

¿Qué es pues, gobernar? Simplemente, enfrentar y resolver problemas para tener menos, no decidir para tener más. ¿Le parece una obviedad? Ciertamente, pero que difícil es ponerla en práctica; de dudarlo, le pediría hiciere un recuento de los desatinos, ocurrencias y decisiones de este gobierno, del 1 de diciembre del año 2018 a la fecha.

De hacerlo, tendría que aceptar entonces que hoy, son más que antes los problemas que tenemos los cuales, además de ser de una gravedad pocas veces vista durante los últimos sexenios a partir de 1970, presentan graves amenazas a la certidumbre jurídica y la estabilidad económica y política, y a la convivencia civilizada y vida democrática del país.

Ante esta realidad, pregunto: ¿Eso que ha hecho este gobierno, es gobernar? ¿Tener más y más problemas, es gobernar? ¿Quién en su sano juicio se atrevería a asegurar que lo que hoy padecemos —con sus consecuencias inevitables—, podría ser calificado como una buena gobernación?

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Usted, por más simpatías que tuviere por el actual Presidente, ¿le parece aceptable que esto es gobernar? Es más, ¿esto que padecemos, es el gobierno que usted esperaba de él y su equipo? Ahora bien, en caso de estar en desacuerdo con aquella  “definición”, ¿qué significa para usted gobernar? ¿Crear más problemas, no enfrentarlos y tampoco saber resolverlos?