Arte y desarrollo en asentamientos irregulares: El caso de GRIT en Bombay

Acciones contra la pobreza -
Melanie Gritzka reunió 2,700 dólares con el fin de realizar un taller de arte para los niños que habitan en Dharavi.  Foto: Melanie Gritzka
Melanie Gritzka reunió 2,700 dólares con el fin de realizar un taller de arte para los niños que habitan en Dharavi. Foto: Melanie Gritzka
El tema de cómo vincular el arte y el desarrollo de los asentamientos humanos alrededor del mundo ha sido poco estudiado, pero es sin duda una alternativa que comienza ganar popularidad. 
 
El implementar programas y talleres artísticos en comunidades marginadas es una alternativa que promueve y estimula a los individuos a crear consciencia de diversos temas. 
 
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura considera que la introducción de las artes y las prácticas culturales en ambientes de aprendizaje beneficia el desarrollo intelectual, emocional y psicológico equilibrado de los individuos y las sociedades, por lo que el arte es una pieza básica en el desarrollo de cualquier comunidad.
 
Derivado de lo anterior, el implementar programas y talleres artísticos en comunidades marginadas es una alternativa que promueve y estimula a los individuos a crear consciencia de diversos temas como la protección al medio ambiente, educación cívica, respeto y amor por su comunidad. Apostar por el arte y por la educación es la base para el desarrollo equitativo y sustentable de los habitantes de asentamientos irregulares alrededor del mundo.
 
El mayor problema que existe para los programas y talleres que vinculan el arte y el desarrollo es la poca voluntad y la falta de financiamiento gubernamental. No obstante, la sociedad civil ha buscado la forma de generar espacios, apoyar y aportar para proyectos de este tipo. Tal es el caso de GRIT en Bombay.
 
En octubre del presente año, la artista Melanie Gritzka del Villar emprendió un proyecto para iniciar un taller de arte para niños que viven en el asentamiento irregular Dharavi ubicado en Bombay, India. 
 
Foto: Melanie Gritzka
 
Según datos del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT), India cuenta con una tercera parte del total de asentamientos humanos irregulares que existen en el mundo. Dharavi es el segundo asentamiento irregular más grande de Asia donde cerca de un millón de personas residen en apenas una milla cuadrada.
 
A través del financiamiento colectivo por medio de una página de Internet, Melanie Gritzka reunió 2,700 dólares con el fin de realizar un taller de arte para los niños que habitan en Dharavi. El taller constó de 5 días en los cuales los niños diseñarían y pintarían murales en su comunidad y harían distintas pinturas con materiales reciclados. 
 
Al iniciar con la primera etapa del proyecto – la creación de murales- los niños diseñaron sus pinturas las cuales cargaban mensajes sobre cuidado al medio ambiente, amor a la naturaleza y a los animales y respeto. 
 
Cada niño diseñó su propio proyecto con distintos mensajes que mostraban como cada uno de ellos tenía opiniones acerca de lo que ocurre a su alrededor e ideas para resolver los problemas que veían en su comunidad. 
 
La segunda etapa, que constaba de hacer pinturas en materiales reciclados, también fue un éxito. El reciclaje en Dharavi es considerado hoy en día un gran ingreso para la comunidad. Sustainable Business Tool Kit nombró a dicho asentamiento irregular como el “milagro del reciclaje” y el “corazón ecológico de Bombay” ya que se recicla el 85% del material de desecho producido en la ciudad. 
 
Los niños encontraron fácilmente material de reciclaje de cartón y madera y decidieron hacer en cartón pinturas relacionadas con el Festival Diwali (Festival de la Luces) que se llevaría a cabo en la misma semana y en madera paisajes.
 
Los niños mostraron iniciativa y autonomía, decidieron temas, tomaron el control de los talleres e involucraron a sus padres, maestros y hermanos. Dejó de ser un taller para niños para convertirse en un proyecto comunitario donde todos participaron, aportaron y expresaron sus ideas.  El último día se expusieron los trabajos a lo largo de las paredes de la comunidad para que todos pudieran verlas.
 
La comunidad mostró su agradecimiento con el proyecto y la pintora ofreciéndole cada día comida casera. Los niños pintaron dibujos de reconocimiento por su tiempo, por su paciencia y por sus enseñanzas.
 
La importancia de proyectos de este tipo radica en dejar una huella en las comunidades que vaya más allá de los murales, de las pinturas. Una huella de conciencia, de conocimiento, de educación, de esperanza. 
 
La sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales están ganando espacios y buscando alternativas ante las deficiencias de fondos de arte, cultura y desarrollo. En México, por ejemplo, “el presupuesto se enfoca en el control del gasto y supervisión más que en evaluar sus resultados, por lo que su impacto es pequeño en la reducción de la pobreza y distribución del ingreso” (El Economista, 2013). 
 
De igual forma, los recortes al presupuesto de cultura para el siguiente año son preocupantes. No obstante lo anterior, casos como el de GRIT en Bombay nos muestran como los ciudadanos preocupados pueden aportar y desarrollar proyectos artísticos que promuevan el desarrollo de las comunidades más marginadas de nuestro país. 
 
Para mayor información sobre Melanie Gritzka del Villar y sobre el proyecto GRIT en Bombay puedes acceder aquí. 
 
#kgb
 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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