José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

6 Mar, 2020

La perenne batalla por el libre comercio

Uno de los privilegios de la conferencia de Álamos, Sonora, este año, fue la presencia de Douglas Irwin, quien presentó su erudita historia del comercio en EU (Clashing over Commerce: A History of U.S. Commerce, U. of Chicago Press, 2017), la primera reseña completa en casi un siglo, de la accidentada vereda de la política comercial, que ha fluctuado entre el proteccionismo a ultranza y el liderazgo mundial en demoler barreras comerciales.

Me tocó presentar al autor en la sesión en la que expuso su obra y me platicó que su libro de 860 páginas ¡era una versión abreviada de lo que había escrito, que había sido más del doble!

Este trabajo es muy útil cuando EU sufre a Donald Trump, quien cree que el comercio “es malo”, como escribió en el borrador del discurso para la reunión del G-20 en 2018, y que ha impuesto tarifas a su antojo y suplido acuerdos cabales de libre comercio, como el TLCAN, con aberraciones de trueque administrado, como el T-MEC.

Irwin inicia su saga con la independencia de Estados Unidos, que, al igual que México en la Colonia, estaba impedido a comerciar, salvo con sus metrópolis. Al ganar su libertad y bajo la batuta de Alexander Hamilton, primer ministro de Hacienda del nuevo país, se adopta la política económica que le dará viabilidad.

Ésta consistió en generar ingresos para pagar la enorme deuda adquirida por el país en ciernes, que estaba virtualmente en quiebra, lo que incluyó la ingeniosa renegociación de sus pasivos y una política impositiva basada en aranceles al comercio exterior, a la sazón la única fuente viable de ingresos.

El primer obstáculo de la nueva estrategia fue la inveterada afición de los nativos del nuevo país por el contrabando, por lo que Hamilton indujo la creación de la Guardia Costera, a cargo de parar el, hasta entonces, incontenible comercio ilícito.

La era en la que la política comercial se usó como la principal fuente de ingresos del gobierno federal se prolongó hasta 1860, pero es esencial subrayar que la Guerra Civil (1861-65) explotó por la actitud antagónica en materia comercial entre los estados del Norte, que querían proteger su incipiente industria, y los del Sur, que deseaban el libre comercio para sus ventas de materias primas.

Desde el final de la guerra (1865) hasta la Gran Depresión en los 1930s, la política comercial perseguía la protección de la industria de EU y, en buena medida, exacerbó el terrible colapso que sufrió la economía con la adopción de la tarifa ultraproteccionista Smoot-Hawley, en 1930.

La tercera era en este relato la marca la búsqueda de la apertura comercial recíproca, inicialmente de manera bilateral, para pasar a la construcción de una sólida infraestructura multilateral, con la creación del GATT en 1947.

Está por verse si la llegada de Trump y sus manías proteccionistas a la Casa Blanca marcan el inicio de una nueva cerrazón o si, con su anhelada derrota en noviembre próximo, se restaura la posición aperturista, lo que parece más probable a partir de la victoria electoral, ayer, de Joe Biden sobre el socialista Bernie Sanders, que también es proteccionista.

 

*Consultor en economía y finanzas en Washington DC y catedrático en universidades de México y EU

 

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