José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

3 Abr, 2020

Liderazgos fallidos

La ineptitud de liderazgos de varios gobiernos es la responsable directa de que la pandemia de coronavirus, que ya afecta al mundo entero, se haya vuelto crítica, provocando más muertes y una crisis económica mundial de dimensiones inimaginables de la que apenas tenemos los primeros indicios.

No es casualidad que los líderes populistas de Estados Unidos, Italia, España, Brasil y México adopten posturas que no enfrentan el problema con el vigor y la rapidez que hubieran sido necesarios para impedir o, al menos, lentificar el proceso de contagio, y alistar sus sistemas de salud para atender la epidemia.

Ello se debe a que la especialidad de los populistas es vivir en una realidad aparte que no tiene nada que ver con lo que sucede, lo que tiene el trágico efecto que sus respectivas curvas del número de afectados crecen con gran velocidad y EU, Italia y España ya son los primeros lugares.

Hace un mes, Donald Trump presumía que sólo había 15 casos “que se evaporarían en un par de días”, cuando ya tiene 235 mil y más de cinco mil 603 muertos (las cifras son del martes 2 de abril a las 2:00 p.m., hora de Washington, tomadas del sitio que la actualiza constantemente: https://www.worldometers.info/coronavirus/). Con similares desplantes de sus líderes, Italia tiene 116 mil casos y 14 mil muertos, y España 111 mil casos y 11 mil muertos.

La debacle económica que se avecina, que era perfectamente previsible, también se soslayó, y fue sólo en los últimos días que se empezaron a tomar medidas más serias para enfrentarla, que, en el caso de Estados Unidos y en buena medida por presión del Congreso, es un presupuesto de emergencia de más del 10% del PIB. En Brasil y México se ha actuado tarde y mal. El presidente Bolsonaro se refirió al COVID-19

como un “estornudito” que no tenía la menor importancia, pero ya sufre de 7,500 contagiados y 252 muertos, mientras que el presidente de México sigue viajando por todo el país abrazando a sus adeptos.

El hecho de que en México haya sólo mil 400 casos reportados y 37 muertes se debe a una abismal política de no hacer las pruebas indispensables, aun a quienes muestran síntomas típicos, pues así se minimiza el problema, con el adagio mágico de que México es distinto y que su “sólida estructura familiar es la mejor herramienta de salud pública”, AMLOdixit.

Para enfrentar la crisis económica inminente, Brasil, que tiene un avezado ministro de Hacienda, anunció un paquete de gasto de 30 mil millones de dólares para evitar daños mayores a empresas industriales y agrícolas, que son las principales creadoras de riqueza y fuentes esenciales del empleo.

Mientras tanto, en México no se ha adoptado nada coherente, pero el Presidente insiste en que no habrá rescates a empresas y bancos, “prácticas neoliberales del pasado”, que no se pospondrá el pago de impuestos y que se darán “apoyos” a los más pobres y a pequeñas empresas, pero no dijo cuándo o cómo.

La situación de México se verá agravada por el colapso de la inversión extranjera, la mayor descalificación de la deuda soberana, la caída en el consumo doméstico y en las exportaciones, demandas laborales de EU y el desplome del turismo... “pero aquí no pasa nada”.

El autor es consultor en economía y finanzas en Washington D.C. y catedrático en universidades de México y EU.

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