SAT pone el ojo en chatarreros

Dentro de la cadena de reciclaje y recuperación del acero en México (se estima que un 34 por ciento del total producido en el país es reciclado), la industria de la chatarra juega un papel fundamental, no obstante, la mayoría de las personas que laboran en el proceso de recolección de los materiales de desperdicios destinados al reciclaje no está inscrita en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC), un tema clave para poder fiscalizar adecuadamente a la cadena.

Por eso, y bien le atina, Raquel Buenrostro y su equipo consideran que en la mayoría de los casos no es clara la procedencia de la chatarra para reciclado y, por lo mismo, ha incrementado los estándares de control, vigilancia y fiscalización de este tipo de mercancías en las acereras que se compran el material para reciclar como Grupo Riga, D’Acero, Pasa, SupraCiclaje, Ahmsa y muchas más porque casi hay una recicladora de “desperdicio industrial por región”.

Diversos productos de acero contienen material recuperado, ya que al ser un metal inalterable no se pierden sus cualidades, como la resistencia, la dureza o la maleabilidad después de los procesos de reciclado, por lo que se puede reciclar tantas veces como se desee.

Hasta 2014 esta situación se remediaba y se conciliaba con la autofacturación, sin embargo, a partir de ese año se deroga este proceso y se establece un mecanismo de retención del 5 por ciento del ISR y del 16 por ciento del valor agregado.

La informalidad en la que se desempeñan los recolectores, dificulta el reciclaje, porque al momento en que las empresas formales les retienen el impuesto, el pago se reduce y la remuneración por su trabajo se considera muy baja, además de que se niegan a inscribirse en el RFC por considerar que les pondría en dificultades.

De hecho, el tratamiento fiscal que está vigente se ha convertido en un detonador del mercado negro de chatarra, lo que genera casos de competencia desleal graves que no sólo perjudican a las empresas, sino también al mismo fisco.

El SAT reconoce que la mayoría de las personas físicas que recolectan y enajenan estos materiales no están dadas de alta en el RFC, pero también que las empresas no son fiscalizadoras.

Ellas compran la recolecta, pero al aplicar la retención sobre el pago perjudican también a las familias y absorberlo resulta muy oneroso para las empresas.

La mayoría de los recolectores no tienen conocimientos sobre facturación y no cuentan con las herramientas para hacerlo y, en la práctica, se evade la retención que debe efectuarse del ISR y del IVA a los recolectores y el círculo sigue alimentando la informalidad, la compra de facturas, la simulación de operaciones y la modificación en las descripciones de los productos a facturar.

En tal escenario, las empresas que se conducen bajo las buenas prácticas comerciales y fiscales sufren un impacto en sus operaciones que trasciende, inclusive, en su actividad de comercio exterior, por lo que es necesario cambiar el esquema actual, por medio de un decreto de facilidades administrativas y, en su caso, de las reglas misceláneas correspondientes, buscando una reforma legal en el mediano plazo.

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DE FONDOS A FONDO

#Buen Fin… Gran esfuerzo de digitalización masiva realizó la Concanaco-Servytur, de José Manuel López Campos, para que se realice una gran parte de las compras a través de e-commerce en todas las empresas participantes, más de 100 mil, en el Buen Fin 2020 que comienza en 3 días.

Del 9 al 20 de noviembre, la comparación de precios que permite el sitio desarrollado por la representación patronal del comercio organizado y formal del país, empodera de forma clara a los posibles consumidores y facilita que se cumpla con las medidas de distanciamiento social que exige el estado de contagio que se preserva en México por el covid-19.

Hasta ahora había 80 mil establecimientos incorporados a la base de datos de vendedores y, se esperaría que en 3 días llegue hasta 100 mil, que, apoyado en los modelos tecnológicos y la plataforma digital concentradora, ha facilitado la inscripción de 1800 productos con más de 100 millones de precios.