Aprendizajes del 2020: Estamos frente a un nuevo orden financiero

Economía -
Estamos frente a un nuevo orden financiero, hay diferentes visiones sobre cómo implementar el capitalismo y que han tenido éxito como en Vietnam, China y algunos países Europeos. En economía y finanzas no hay dogmas, pero si se debe ser más pragmático en ocasiones. Foto: iStock
Estamos frente a un nuevo orden financiero, hay diferentes visiones sobre cómo implementar el capitalismo y que han tenido éxito como en Vietnam, China y algunos países Europeos. En economía y finanzas no hay dogmas, pero si se debe ser más pragmático en ocasiones. Foto: iStock

Una de las lecciones que nos está dejando este 2020 es que el mundo está cambiando de forma muy rápida, la pandemia ha acelerado varios procesos de transformación que están llevando a cabo empresas y países.

Hay países que han manejado mejor la pandemia que otros, particularmente gracias a sus avances científicos y el uso de la tecnología como China, Corea del Sur y Singapur.

Pero estos países no cambiaron sus economías de la noche a la mañana, han sido procesos que llevan décadas. En cambio México parece ser un país que se ha estancado desde hace varios años y que en los últimos dos hay además un estancamiento en inversiones públicas y privadas. México necesita alejarse de viejos dogmas económicos y financieros, sumarse al nuevo paradigma financiero que está naciendo en el Mundo con la competencia que hay por quien será la potencia líder del siglo XXI, China o Estados Unidos.

La teoría económica sufre oscilaciones cíclicas que van del centro-derecha a centro-izquierda y con sus radicalismos de extrema derecha y extrema izquierda. Es decir, la dicotomía Estado-mercado, libre mercado-proteccionismo ha tenido sus etapas a lo largo de la historia económica. Se han dado señales en este 2020 donde parece que estamos entrando a una nueva etapa donde se intenta regresar a una economía donde el Estado deba tener una mayor participación, aunque en la realidad nunca la ha dejado de tener.

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El paradigma mercantilista del  siglo XVI postulaba que la regulación del comercio exterior como instrumento de la prosperidad de las naciones, favorecería el desarrollo manufacturero mediante aranceles protectores de la industria nacional y la importación más libre de materias primas baratas y la promoción de las exportaciones de bienes terminados.

El paradigma liberal clásico, fundado por Adam Smith en la segunda mitad del siglo XVIII, se erigió como escuela dominante del pensamiento económico en ardua lucha contra el mercantilismo. Para el paradigma clásico, los agentes privados actuando en mercados libres y persiguiendo sus fines individuales son guiados por una mano invisible (el sistema de precios), que establece la asignación eficiente de los recursos.

En general, la oferta genera su propia demanda, puesto que el mercado garantiza el equilibrio y la eficiencia del sistema económico, cualquier injerencia del Estado en el proceso económico es considerada perniciosa. El liberalismo clásico postula el libre comercio como el medio para lograr la asignación eficiente de los recursos nacionales y, en consecuencia, para alcanzar los mayores niveles de ingreso y bienestar.

Durante el siglo XIX y XX, el liberalismo económico clásico fue severamente cuestionado por la escuela histórica alemana, por el romanticismo económico francés y por el marxismo. A su vez, estas escuelas tuvieron su gran crisis con la caída de la Unión Soviética dejando libre el camino al capitalismo de libre mercado.

El paradigma keynesiano del siglo XX, el mecanismo de precios puede no resolver eficazmente los desajustes del sistema económico: los precios responden con lentitud a los excedentes de oferta de modo que no hay un ajuste automático e inmediato en los mercados; el ahorro no se convierte automáticamente en inversión. El paradigma económico construido por Keynes postuló la necesaria intervención del Estado para conseguir un mejor desempeño del sistema económico; durante varias décadas este paradigma dominó el pensamiento económico occidental.

En los años 70, sin embargo, aparecieron fenómenos de estancamiento con inflación y de crisis fiscal del Estado (a los que se sumó la crisis de la deuda en nuestra América Latina) que rebasaron el análisis keynesiano y estructuralista convencionales. El vacío teórico propició el ascenso y la hegemonía de las doctrinas económicas monetaristas. Friedrich Hayek y Milton Friedman tenían la respuesta: era el Estado el causante de todos los males, con su intervencionismo económico. Fue el retorno de Adam Smith y David Ricardo.

No se trata,  de un viraje en favor de una economía estatista ni mucho menos de retomar ideas de economías “planificadas” que fueron un fracaso, sino de seguir buscando ese paradigma en economía, que postule el sano equilibrio entre el mercado y el Estado, entre el interés individual y el interés público teniendo como eje al libre mercado.

Estamos frente a un nuevo orden financiero, hay diferentes visiones sobre cómo implementar el capitalismo y que han tenido éxito como en Vietnam, China y algunos países Europeos. En economía y finanzas no hay dogmas, pero si se debe ser más pragmático en ocasiones.

Por: Jorge Sánchez Tello, director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros – FUNDEF A.C. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor. Twitter @jorgeteilus

 

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Aclaración:
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