Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

8 Oct, 2018

Hacia un nuevo sindicalismo y un neo Fidel

En el grupo cercano a Morena comentan que entre el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y el flamante senador de ese partido, Napoleón Gómez Urrutia, existe un pacto político.

Consistiría en utilizar a sus huestes en las cámaras de Diputados y Senadores, donde tienen la mayoría, como palanca para estructurar la Cuarta Transformación de la República en materia laboral y sindical. El primer círculo del tabasqueño está integrado por Martí Batres, Ricardo Monreal, Arturo Alcalde, Luisa María Alcalde, Yeidckol Polevnsky, Julio Scherer y, por supuesto, Gómez Urrutia. Ellos son quienes prepararon 10 líneas de acción para la política laboral del nuevo gobierno. Las más destacas son: Refundar el corporativismo sindical a través de una Central Obrera Mexicana. También, modificar la Ley Federal del Trabajo, elevar los salarios, amedrentar a empresas y a empresarios opositores al nuevo gobierno y aumentar las cuotas patronales del IMSS.

1.- El nuevo sindicalismo de López Obrador tendrá dos brazos: El intelectual, encabezado por Arturo Alcalde, padre de la inminente secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, y el brazo ejecutor, Napito, quien tendrá dos funciones en esta estrategia. En primer lugar, crear una Nueva Central de Trabajadores de México que desplace al viejo sindicalismo del PRI: A la CTM, de Carlos Aceves del Olmo; la CROC, de Isaías González, y la CROM, de Rodolfo González. La base sobre la que se quiere construir esta nueva organización será el gremio minero afín a Napoleón, pero que hoy tiene su alcance en la industria maquiladora e industria automotriz de la frontera norte del país.

Por lo pronto, y regístrelo bien porque es el primero de varios golpes que dará Napito, los trabajadores de Real del Monte y Pachuca, del Grupo Acerero del Norte, se cambiaron al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos que lidera el senador. El contrato que firmaron el jueves pasado normará las relaciones laborales de las minas ubicadas en la región Centro de Coahuila y las de Capula, El Rosario, Santa Gertrudis y El Cristo, cerradas desde 2005, de la empresa de Alonso Ancira, quien al igual que Germán Larrea, de Grupo México, y Alberto Bailleres, de Peñoles, es acérrimo enemigo declarado de Napito. Alcalde y Napoleón, cada uno en su ámbito, van a tratar de utilizar el Frente Auténtico del Trabajo (FAT) y al Congreso del Trabajo para desestabilizar la paz laboral y sindical que el país ha vivido durante los sexenios de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña.

El FAT se fundó en 1960 y en la actualidad cuenta con cerca de ocho mil afiliados diseminados en ocho estados del país. Están agrupados en cooperativas, sindicatos, uniones de colonos, ejidos y centros de capacitación y asesoría.

Napoleón Gómez Urrutia pasó los últimos 12 años exiliado en Canadá, desde donde hizo amigos en las centrales de trabajadores de ese país, Estados Unidos (AFL-CIO) y en el Partido Laborista inglés, uno de cuyos líderes tiene nexos familiares. Napito se apresta a la conquista de los sindicatos mexicanos bajo las siglas de una nueva central, donde se agruparían los sindicatos de actividades primarias.

Los sindicatos “profesionales” se agruparán bajo el manto de ese FAT, con la UNT, o lo que quede de ella, grupo que quedaría bajo la tutela de Arturo Alcalde.

2.- La reciente aprobación fast track del Convenio 98 de la OIT, por parte del Senado de la República, es apenas el inicio de lo que le espera a este país en materia de política laboral.Tanto el Convenio 98 como el 87 van encaminados a garantizar la libertad sindical, el derecho a la sindicalización y a la contratación colectiva y la idea es que a partir de esta adhesión, las leyes laborales se adecuen a lo pactado en la OIT. Y también ahora son letra del nuevo acuerdo entre EU, México y Canadá para empezar una reconfiguración del viejo corporativismo con el reagrupamiento de los sindicatos y centrales en nuevos núcleos liderados por las figuras más destacadas del mundo laboral mexicano.

3.- En la época de la nueva sindicalización voluntaria se harán reformas pertinentes a la Ley Federal del Trabajo para que, a pesar de que exista la libertad de agrupación, el sindicato que tenga más afiliados sea el que dé la pauta de las condiciones contractuales de toda la empresa e incluso de toda una industria.

4.- El punto de acuerdo de los senadores de Morena y la recomendación a la Conasami para aumentar a 176 pesos diarios se enmarcan en este contexto. En ese sentido, el nuevo tratado comercial que se apresta a firmar Enrique Peña con Donald Trump y Justin Trudeau el 29 o 30 de noviembre próximos, enmarcará las conquistas salariales bajo el manto de la concordia con nuestros socios comerciales.

5.- Pero cuidado: Este nuevo ejército de trabajadores afiliados también tendrá la encomienda de vigilar a sus empleadores para asegurarse de que no están conspirando contra la Cuarta Transformación y el gobierno encabezado por AMLO.

En síntesis: Se acabará la “paz social” de los años recientes y volveremos a los tiempos de la alianza de los obreros mexicanos con el gobierno en turno.

La pregunta es si el legendario Fidel Velázquez se reeditará en la persona de Napoleón Gómez Urrutia y si el esquema de López Obrador aguantará a este nuevo priismo... sin PRI.

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube