Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

15 Dic, 2010

Empresas turísticas y la costumbre de operar sin créditos

Aunque nada tuvo que ver, hay quienes felicitan al subsecretario Héctor de la Cruz Ostos por haber logrado que el presupuesto de la Secretaría de Turismo para 2011, no rayara en la inopia como iba a suceder originalmente.

La lógica de quienes le aplauden al titular de Innovación y Calidad es que, como ex funcionario de la Secretaría de Hacienda, empleó sus buenas relaciones con la dependencia que encabeza Ernesto Cordero, para obtener algunas partidas extra.

En realidad De la Cruz Ostos había asumido los lineamientos de Hacienda para poner la austeridad por delante, cuando llegaron los diputados de las entidades turísticas a meter el “desorden” para conseguir fondos extra que se aplicarán en el desarrollo de infraestructura para este sector.

En cambio lo que sí está haciendo este funcionario por provenir de las filas del sector financiero, es acercar a los empresarios con las instituciones financieras del gobierno federal que tradicionalmente han estado alejadas del turismo.

La situación más evidente fue que, incluso en el contexto de un año tan crítico para el sector como lo fue 2009, ni la Subsecretaría de las Pymes, en Economía; ni tampoco Bancomext o Financiera Rural lograron otorgarle recursos a las firmas turísticas.

Y “lograron” es una palabra correcta, pues no se trató de un tema de mala voluntad, sino de la falta de la cultura empresarial para obtener y beneficiarse del financiamiento.

Hace unos días un ex colaborador de la Sectur, Víctor Hugo Castañeda, ahora delegado de Economía en Durango, contaba cómo ha habido algunos hoteleros que le han solicitado créditos a “fondo perdido”, un concepto que ya no debería existir.

De la Cruz sabe que no pocas pymes operan con dobles contabilidades o que, debido a la formación académica de los propietarios, desconocen cómo integrar un expediente para recibir recursos de las instituciones crediticias.

Acercar a las asociaciones con los bancos de desarrollo es un primer paso, pero también hay otras grandes oportunidades para que la Sectur trabaje con los empresarios y les oriente para que fluyan los créditos.

Este tema ya es importante en la agenda del equipo de la Sectur, lo mismo que la necesidad de mejorar la cultura laboral al interior de la dependencia.

Dicen sus viejos colaboradores que se han acostumbrado, al revés de José López Portillo, a “administrar la pobreza”.

Tomar acciones para apoyar a la plantilla laboral, no sólo de confianza sino también a los sindicalizados para que trabajen con orgullo por las causas del turismo, es otro tema para la agenda del final de sexenio en la Sectur.