Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

2 Nov, 2011

La política vs. la economía

Llevo varios meses expresando mi preocupación por el tema de la crisis en Europa y he manifestado que, aunque creo que se va a resolver, el proceso tomará mucho tiempo. La razón es que son 17 naciones con características distintas en lo que se refiere a desarrollo económico, estructuras sociales y culturales. Con idiosincrasias tan diferentes, el problema se agrava, ya que todas las decisiones se tienen que tomar en forma unánime.

Además de lo anterior, está la problemática política que entorpece los procesos. Quizá en forma anecdótica, lo que sucede se refleja en lo que comentó un muy importante político europeo: “sabemos (los políticos) perfectamente lo que hay que hacer para solucionar nuestros problemas, lo que no sabemos es que si hacemos lo correcto, cómo nos podremos reelegir”, y esto es precisamente lo que está pasando en Grecia, después de meses de intensos trabajo entre los principales líderes europeos, destacando los esfuerzos que han hecho la canciller Angela Merkel, de Alemania, y el presidente Nicolas Sarkozy, de Francia, y que lograron acuerdos históricos en la reunión del viernes pasado en Bélgica sobre cómo solucionar el problema griego con todo y sus consecuencias, ahora resulta que el primer ministro de Grecia, Papandreou, en lugar de implementar los acuerdos, pretende someter éstos a un referéndum hasta el próximo mes, cuyo resultado hoy es muy difícil de predecir. Lo que está haciendo Papandreou es tratar de salvar su pellejo, ya que sus posibilidades de reelección son muy limitadas.

El partido de oposición en Grecia exige elecciones anticipadas que seguramente perderá Papandreou, y por eso utiliza esta sucia maniobra para mantenerse en el poder. Lo que este individuo hace puede tener consecuencias desastrosas para su país, ya que si el referéndum que pide en forma innecesaria es de rechazo, el único camino para Grecia es quedar fuera de la Unión Monetaria Europea y afrontar las consecuencias.

Evidentemente la salida de Grecia de la Unión Monetaria, empobrecería a los griegos y los pondría en una situación mucho más delicada que la que enfrentó Argentina en su momento, con el agravante de que Grecia cuenta con muchos menos recursos para salir adelante de los que tiene Argentina. El efecto en el entorno financiero internacional, también es poco optimista, ya que la decisión de Papandreou, cuando menos al día de hoy, deja todo en suspenso hasta principios de diciembre y los mercados lo que más rechazan es la incertidumbre. Por supuesto yo me imagino que los líderes más importantes de Europa tratarán de hacer que el primer ministro griego recapacite, pero como político, sabemos que seguramente va anteponer su interés personal al de su propio país.

Si tratamos de pensar, en qué pasaría si finalmente Grecia por decisión propia o por hartazgo de sus socios queda fuera de la Unión Monetaria, yo creo que el que ganaría sería Europa en su conjunto, ya que las enormes pérdidas que se tendría que absorber en buena medida ya deben de estar reflejadas en los balances de los tenedores de los bonos griegos y su propia salida le permitiría a Europa concentrarse en limpiar la casa y apoyar a países que si bien se sobre endeudaron, han mostrado la capacidad para rectificar el rumbo y de esta forma contribuir al crecimiento de tan importante continente.

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