Alarmas en toda la IP por ley de amparo

El sector empresarial todavía tuvo una esperanza cuando ayer al filo de la una y media de la tarde entraron a revisar la iniciativa de ley de amparo con el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong.

El sector privado no consiguió dar marcha atrás a la iniciativa de ley de amparo mediante la cual, de ser aprobada, todas las empresas concesionarias del gobierno federal corren el riesgo de disminuir sus defensas legales ante una acción de autoridad.

Fue cuando los empresarios se decidieron a dar una rueda de prensa. Desde el presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Claudio X. González, quien representa a los 39 grupos económicos más grandes e influyentes, hasta el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, que representa a todo el sector empresarial.

Las alarmas están en rojo.

Ninguna concesionaria obtendría suspensión

La iniciativa para reformar la ley de amparo impulsada por el PRI, de ser aprobada, pone en jaque a todas las empresas concesionarias del gobierno federal.

Ninguna concesionaria podrá obtener una suspensión provisional mientras se desahoga el amparo. Ninguna concesionaria, sea de carreteras, de aeropuertos, de aerolíneas, de minas, de televisión, de radio, de satélites, de telefonía o simplemente de explotación de pozos de agua podrá protegerse de una medida del gobierno federal.

Vaya ni los bancos se salvan, con todo y ser autorizaciones del gobierno federal también entran en los designios de la iniciativa.

Ahora es el PRI

Es curioso. Fue el gobierno panista de Felipe Calderón el que al principio la impulsó. Y fueron los priistas quienes la frenaron.

Ahora es al contrario. Son los priistas que están en el poder los impulsores y, en cambio, son los panistas quienes la rechazan.

La bandera del PAN será ir en contra de la iniciativa que ya pasó el filtro del Senado y fue aprobada. Ahora buscan frenarla por su paso en la Cámara de Diputados.

PAN-PT: en contra; PRD: analiza

El PAN estaría en contra de reformar la Ley de Amparo.

Fuera del gobierno la situación es clara: es permitirle al gobierno federal un instrumento para gobernar de manera absoluta.

Curiosamente, junto con el PAN va el PT y Movimiento Ciudadano.

El PRD, que regresó a la mesa de propuestas y diálogos, todavía no se decidía.

Claudio X. González y Gutiérrez: Va contra inversión

El presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Claudio X. González, nos señala que se trata de una ley que sentaría un pésimo precedente.

Para Claudio X. González las modificaciones a la ley de amparo atentan contra la expectativa optimista para invertir y en cambio pone sobre la mesa la posibilidad de que el gobierno empiece a gobernar sin equilibrios, sin posibilidad de defensa de las empresas.

De igual manera lo dice el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, quien pide modificar el artículo 129 de la iniciativa de ley de amparo en sus fracciones XI y XIII, donde se toca el tema de concesiones de bienes de dominio de la nación.

La preocupación es igualmente mayúscula en los bancos. La Asociación de Bancos de México, presidida por Jaime Ruiz Sacristán, está preocupada porque ellos también entran en las modificaciones y de igual manera les impediría obtener una suspensión por un acto del gobierno.

Caso Telcom, particular

Es cierto. Existen casos donde las empresas abusaron de los amparos para frenar una decisión regulatoria.

El caso más claro es el de las telecomunicaciones. Pero en dicho sector, incluso, hay una jurisprudencia por parte de la Suprema Corte de Justicia gracias a la cual se reforzaron las decisiones de la Cofetel.

Hoy ningún regulado puede solicitar la suspensión de una regulación de Cofetel. Pero allí llegamos a ver cientos de amparos que impedían la actuación de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, lo cual no vemos en el resto de la actividad económica.

Los diputados no pueden votar a favor de una ley de amparo con estas características. Sí se trata de que el gobierno tenga instrumentos para gobernar, pero no para hacerlo sin contrapesos.  Veremos su desenlace.