Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

20 May, 2013

Desnudos

El más reciente video viral de la música pop estadunidense es un ejemplo palpable de la línea borrosa y tenue que puede existir entre erotismo y porno... y de cómo este tipo de polémicas siempre garantiza ventas.

El cantante pop Robin Thicke confesó a la revista Billboard que produjo el videoclip de su nueva canción Blurred Lines antes de que su sello discográfico, Star Trak, hubiera desembolsado un solo dólar para la promoción del sencillo. El plan traía maña: filmado sin grandes recursos de producción a la vista, es evidente que desde el principio la intención del corto musical era levantar controversia.

Publicado en YouTube el 20 de marzo, con una duración de 4 minutos 26 segundos, las imágenes muestran a Thicke acompañado por los raperos T.I. y Pharrell Williams, así como a tres mujeres que aparecen topless jugueteando con un chivo, una bicicleta y un carrito de juguete, así como con un dado y una jeringa gigantes. Todo, al pegajoso ritmo de una coreografía sensual que bailan mientras degustan un coñac Rémy Martin.

Blurred Lines nos remite a dos rolas ochenteras que también levantaron polvo en su momento: Addicted to Love (1986), del hoy fallecido Robert Palmer, acompañado en el video por un grupo de chicas excesivamente maquilladas, que desataron la ira de feministas, al considerar que reforzaba el estereotipo de mujer-objeto.

Pero, sobre todo, recuerda a I Want Your Sex (1987), título explícito de un video con casi imperceptibles desnudos femeninos que no correspondía con la imagen fresa que hasta ese momento había proyectado el vocalista pop británico George Michael (de hecho, el peinado de Thicke quizá sea un involuntario homenaje al que lució alguna vez el ex integrante del dueto Wham!).

Era obvio que YouTube retiraría de inmediato el videoclip con el argumento de que sus políticas impiden la difusión de contenido pornográfico o sexual explícito, habida cuenta la exposición del torso desnudo de las tres modelos a lo largo de prácticamente toda la canción. En su lugar fue publicada una nueva versión en la que los cantantes ejecutan las mismas rutinas con las modelos, que en esta ocasión visten prendas que cubren su cuerpo sin dejar de lucir su atractivo físico, y que había alcanzado hasta ayer más de 20 millones de vistas.

Lo que sí resulta inédito es que la versión sin censura está a la venta en iTunes Store, tanto la mexicana como la estadunidense, y en esta última llegó el fin de semana al primer lugar de descargas (también se fue a la cima en la lista de sencillos más vendidos de la tienda digital, y ya se especula en sitios web de espectáculos que podría convertirse en la canción del verano).

Como cliente que he sido de la iTunes Store durante varios años, no recuerdo algún otro video anterior que, con un contenido similar, se ofreciera con tanta naturalidad. Blurred Lines exhibe la habitual etiqueta con la leyenda “Explicit” en letras rojas, aunque ésta suele advertir más bien que la canción o el video musical incluye palabras altisonantes o alguna referencia sexual no apta para menores de edad. Algunos de los comentarios posteados por quienes compraron el video muestran su extrañeza de que no se les advirtiera que contiene imágenes de mujeres exhibiendo sin pudor parte de su cuerpo.

Es conocida la política de Apple en contra de la difusión de contenidos sexuales en las aplicaciones para sus dispositivos. El propio Steve Jobs fue tajante en esa materia, como bien recuerda Walter Isaacson, poniendo en su boca estas palabras: “Creemos que tenemos la responsabilidad moral de mantener el porno fuera del iPhone. El que quiera porno puede comprarse un Android”.

Congruente con la forma de pensar de su fundador, la compañía de Cupertino rechazó en enero la aplicación 500px, una red fotográfica semejante a Flickr, al acusar que difundía pornografía. La App Store aprobó su reingreso una vez que se le añadió un aviso de que es apta para audiencias mayores de 17 años y un botón para ayudar a los usuarios a etiquetar rápidamente los contenidos que considere ofensivos.

Hasta donde sé, una herramienta similar no existe en la tienda de música digital, que en el caso de Blurred Lines muestra cuán borrosas son las políticas sobre contenido sexual cuando de vender se trata. A menos, claro, que una nueva y desconocida estrategia haya quedado al desnudo.

marco.gonsen@gimm.com.mx