David Páramo

Análisis superior

David Páramo

28 May, 2013

Conflicto aeronáutico

Quien le diga que el gobierno aplicará o no la requisa en Aeroméxico si estalla la huelga en el fin de este mes, pues simple y sencillamente le está mintiendo.

Alfonso Navarrete Prida y el equipo de la Secretaría del Trabajo están mucho más ocupados en lograr un buen acuerdo en el tiempo que queda, que en un conflicto que podría generar una crisis verdaderamente compleja.

Las posiciones hoy parecen verdaderamente lejanas. Mientras que el sindicato pide un paquete de prestaciones que implican un aumento en el contrato colectivo de trabajo que aumentaría su costo en casi 200%, la empresa tiene un incidente de conflicto de naturaleza económica que implica que la línea aérea no puede cumplir con el contrato colectivo vigente.

Preocupa además la estrategia que está siguiendo Ricardo del Valle y los radicales de Mexicana de Aviación, quienes quieren usar a sus compañeros de Aeroméxico en una crisis del sector. Algunos la comparan con la utilizada por la CNTE y en especial por los maestros de Chilpancingo.

Si bien las formas parecen muy diferentes, en el fondo no lo son tanto. ASSA quiere una huelga que detenga la conectividad del país y obligue al gobierno a una requisa o por lo menos a una “mesa de diálogo”, donde según ellos se traten todos los problemas del sector.

Pretenden, utilizando la imposición y dañando a un sinnúmero de personas (no sólo viajeros, sino todas las industrias relacionadas con la aviación), que el gobierno use fondos de los contribuyentes para rescatar a Mexicana de Aviación, un negocio privado que fracasó y que hoy no es necesario.

La administración de Enrique Peña Nieto ha dejado claro que no usará fondos públicos para rescatar a negocios privados (ahí está el ejemplo de las grandes desarrolladoras de vivienda) y ese mismo principio se aplicará para la aviación.

De hecho, el nombramiento de Fernando Pérez Correa como auditor representante de los acreedores gubernamentales de CMA manda un mensaje fuerte y claro de que se requiere conocer el fondo de la gestión de Gerardo Badín, quien, según muchos indicios, habría cometido excesos y errores verdaderamente graves como depositario de los recursos de la línea aérea en Concurso Mercantil.

Si bien alguna vez Mexicana fue la línea aérea más importante del país, lo cierto es que el hueco que dejó fue cubierto principalmente por líneas como Interjet, Volaris y VivaAerobus, que se beneficiarían doblemente de una crisis como la que pretende ASSA en la línea aérea que dirige
Andrés Conesa.

La situación es verdaderamente tensa y complicada. No es descabellado pensar que los radicales de ASSA podrían tratar de tomar instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, puesto que buscarían lanzar un reto que va más allá de Aeroméxico, sino a toda la administración del Presidente de la República.

Equivocación

El apagón analógico es, sin lugar a dudas, una de las grandes necesidades postergadas en el país.

La Cofetel, presidida por Mony Sacha de Swaan, ha cometido cualquier cantidad de errores y, desgraciadamente, se están cumpliendo las expectativas más negras.

En la Cofetel se perdió demasiado tiempo pensando en que los críticos al mecanismo que estaban aplicando era porque seguían quién sabe qué agenda perversa en contra de la gente; que el monstruo de dos cabezas quería evitar que la gente tuviera acceso a la mejor calidad de televisión abierta.

En todo momento señalamos en este espacio que esas afirmaciones eran ridiculeces, bolas de humo y que lo que se debía cuestionar era el mecanismo, puesto que no funcionaba e iba a terminar dañando a la gente que menos tiene.

A unos días de que entre en vigor el apagón analógico en Tijuana es claro que habrá hogares, de familias de muy escasos recursos, que se quedarán sin señalar de televisión por fallas sólo imputables a la administración de la Cofetel.

Es importante señalar que, como hemos apuntado en este espacio, que el mecanismo debe ser revisado en su totalidad.

Es bueno saber que no hay recursos presupuestados para las ciudades fronterizas de Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Ciudad Juárez, puesto que se tendrá tiempo y espacio para corregir todas las barbaridades que se han cometido en contra de la gente más pobre de Tijuana.

Es necesario exigir cuentas a quienes organizaron y desarrollaron el programa piloto de apagón analógico en Tijuana, puesto que la situación será verdaderamente grave para las personas de menores recursos de la entidad que no fueron incluidas en el programa.

Demasiados

Durante las pasadas administraciones se creyó que una de las maneras más eficientes de lograr la inclusión financiera era con una política que fomentara la creación de intermediarios financieros no regulados.

Se pensaba que al no tener que cumplir requisitos de información ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores les permitiría disminuir el costo de los créditos y llegar a sectores de la población que aún no tiene acceso a los servicios financieros.

Es claro que este modelo no funcionó. Si bien es cierto que pocos han sido los casos de fraudes o quebrantos de estos intermediarios, también es un hecho que estuvieron muy lejos del impacto que existió en la imaginación de algunos.

Los servicios financieros, parece que comienza a comprenderse, tienen que ser de volúmenes altamente masivos. Se requiere que quienes participen en ellos tengan una importante masa crítica que les permita no sólo atacar temporalmente un nicho sino lograr consolidarse como una opción.

Es escandaloso ver que la cifra de intermediarios que se registraron y jamás tuvieron operaciones o que sus acciones fueron tan acotadas, que no permitieron generar ninguna clase de rentabilidad.

La penetración, por lo tanto, no se logró y hoy una buena parte de estos intermediarios están desapareciendo por la vía de las fusiones o simples cierres de operaciones.

Fusión

Banorte, presidido por Guillermo Ortiz Martínez, oficializó la fusión de Ixe Banco e Hipotecaria Fincasa con la institución que tiene como nombre oficial Banco Mercantil del Norte, con lo cual el grupo financiero queda integrado por cuatro áreas diferentes: sector banca, ahorro y previsión; sofomes y auxiliares de crédito, así como sector bursátil.